Mi televisión y otros animales

Algo huele a fritanga

Sí, amigos, se acerca el verano y con él ese característico tufillo a carne humana vuelta y vuelta, chorizamen ferial y tele recalentada.

Aún recuerdo cuando los veranos significaban invariablemente Los rompecorazones, La mujer explosiva y Hércules. Hum... estoy pensando, no vaya a ser que esto fuera el año pasado. Es difícil distinguir unos de otros. Y este no va a ser la excepción.

Hemos leído estos días que ni Cuatro contratará una segunda temporada de Ola-ola ni Ana Rosa cederá las mañanas de Telecinco a Marta Fernández, Eva González y Joaquín Prats, el único que se ha dejado presupuesto en un apellido. ¿Esto qué significa? ¿Una apuesta por nuevos contenidos? ¿Que aprovecharán la temporada de mínimo riesgo para lanzar productos más arriesgados e innovadores? ¡No, hombre! ¡Significa que estamos de crisis!

Que no graben segunda temporada de los Callejeros playeros no quiere decir que nos vayamos a quedar sin nuestra ración semanal de sordidez playera. ¡Y no me refiero a esa señora mayor (o señor, nunca ha estado claro) con la que está usted pensando ahora y con la que comparte litoral! Y cuando digo litoral, no estoy pensando en el mar, sino en la fabada. Y cuando digo que lo comparte, no quiero decir que coman juntos. Y... ay, mejor lo dejo, que me doy asco a mí mismo.

El caso es que Cuatro nos permitirá revivir gloriosos momentos como este a base de reposición sin piedad.

Lo que quiere decir que no es que no crean en el producto, es que sale más barato darle al play que al rec.

Son más cucos en Telecinco, que hablan de apuesta por otro tipo de contenidos y de orientarse hacia un público más infantil y juvenil. Arriesgadas palabras para una televisión de la que es propietario en gran medida Berlusconi.

En cualquier caso, veremos en qué se traduce esta "apuesta". Yo digo que Sensación de vivir, alguna de las series infantiles tipo Las supernenas que ahora "malgastan" en Factoría de Ficción y su buen relleno de El coleccionista de imágenes. Vamos, como si te hablan de estrategia culinaria en el arroz de cualquier manera (el que haces con lo que sobra en la nevera).

Con todo esto, no puedo sino expresar mi gratitud a las televisiones españolas, que a base de refritos y recalentones, me dan tiempo para ponerme al día de todas las series que he ido metiendo en tuppers y al congelador los últimos meses. Y por fomentar la vida urbana, no dando alternativa catódica a los que se quedarán sin vacaciones por culpa de la crisis.

Por cierto, este post ha salido tarde por el efecto acumulación de retrasos en otros blogs. Que si no os meto la cuña, reviento.

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