Tiempo real

Lincoln

Pocos hombres en la historia son tan conocidos como Abraham Lincoln. Tolstói cuenta que, viajando por el Cáucaso, conoció a un jefe musulmán que nunca había oído hablar de norteamericano alguno, salvo de Lincoln. "Fue un héroe", le dijo el anciano.
Suele creerse que Lincoln es tan famoso por haber abolido la esclavitud en su país. Es cierto que siempre se opuso a ella, considerándola contraria a los principios fundacionales del país. Era una monstruosa hipocresía, decía, que, con esos principios, Estados Unidos fuera el Estado esclavista más grande del mundo.
Pero en realidad la esclavitud le importaba bastante menos que la unidad de Estados Unidos. Cuando asumió la Presidencia, siete estados ya habían declarado la secesión y fundado una nueva nación, y unos cuantos más estaban al borde de hacerlo. Esa Presidencia iba a ser más bien la de los Estados Desunidos. En su discurso de aceptación Lincoln dijo: "La secesión es la esencia misma de la anarquía, porque, si un estado se separa, también puede separarse cualquier otro, hasta que no quede nada del Gobierno ni de la nación". Y en mayo de 1861, ya estallada la guerra, dijo: "La idea central de esta guerra civil es la necesidad que nos incumbe de demostrar que el Gobierno del pueblo no es un absurdo. Hemos de zanjar ahora el siguiente asunto: en un Gobierno libre, ¿tiene derecho la minoría de romper el Gobierno cuando le dé la gana? Y si fracasamos estaremos demostrando la incapacidad del pueblo de gobernarse a sí mismo".

En cuanto a la esclavitud, Lincoln fue explícito: "Mi objetivo fundamental en este conflicto es salvar la Unión, y no salvar o destruir la esclavitud. Si pudiera salvar la Unión sin liberar un solo esclavo, lo haría, y si pudiera salvarla liberando a todos los esclavos, lo haría; y si pudiera salvarla liberando a algunos y no a otros, también lo haría". Pero se sabe que, en el momento de hacer esta declaración, ya tenía preparada la proclamación de emancipación de los esclavos, y su cometido, con esas palabras, no era sino el de ir preparando la opinión pública para una medida que no concitaba unanimidad ni siquiera entre quienes lo apoyaban en la guerra.
Su determinación como comandante en jefe del ejército y la marina de la Unión durante los momentos más desesperantes, y pese a la lluvia de burlas y críticas que recibió, fue esencial para conseguir la victoria, como otros dos "héroes" de ese país: Washington en la Revolución y Roosevelt en la Segunda Guerra Mundial.
Otros tiempos, otros lugares, otros hombres.

Más Noticias