Todo es posible

El lado canalla

El abogado del monstruo de Amstetten negocia, al parecer, unas declaraciones con un periodista de una agencia de noticias británica. Desmienten que la exclusiva se venda por un millón de euros y aclaran que el dinero obtenido irá destinado a la hija de Fritzl, para ayudarla a construir una nueva vida. Me temo que la cosa no se quede ahí. Se producirá un aluvión de declaraciones exclusivas con detalles escabrosos e inéditos para alimentar el morbo. Hay un batallón de carroñeros dispuestos a escarbar en el vertedero de este caso espeluznante. Supongo que nadie podrá evitar que la curiosidad insaciable dañe a las víctimas.

No es extraño que se quiera desentrañar la mente del asesino. Los psiquiatras no se ponen de acuerdo en el diagnóstico. Es muy complejo determinar la patología que afecta a este monstruo de maldad que convirtió a su hija en una esclava sexual tras encerrarla en un agujero donde no podía caminar erguida, convivía con ratas, era torturada y violada delante de los niños. Incluso presenció la muerte de su recién nacido, que fue quemado en la caldera de la calefacción.

Se apresuran a explicar que Fritzl tiene una alteración mental, aunque siempre fue consciente de sus actos. Dejando a un lado los tecnicismos, es lo que se entiende por un psicópata peligroso que saca a flote el lado más canalla de la conciencia colectiva. Es inconcebible que reciba ayuda psiquiátrica para prevenir su suicidio. Nadie se compadece de su suerte. Queremos que se pudra en la cárcel sin posibilidad de reinserción. Sólo la justicia puede frenar nuestros deseos de venganza.

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