Todo es posible

Porca miseria

En un principio creí que lo de Mussolini era un hoax, un bulo, una burda patraña de esas que aparecen por Internet, como la empresa holandesa que fabricaba galletas con grasa humana sobrante de la liposucción, con la sana intención de paliar la hambruna. Se supo enseguida que era un montaje artístico para denunciar las carencias de alimentación en vastas zonas geográficas. Y, sin embargo, aunque parezca mentira, es cierto que un partido fascista italiano pagará 1.500 euros a los que pongan a su hijo el nombre de Benito, en memoria de Mussolini. En caso de ser niña, la opción es ponerle Rachele, que era su legítima, y no el de su amante, Clara Petacci, que murió al intentar proteger con su cuerpo a Mussolini cuando fue ejecutado por los partisanos. Claretta recibió la primera descarga y, sin embargo, los fascistas la ningunean. Cuánta ingratitud.El caso es que con esta iniciativa pretenden, previo pago, revivir la memoria del dictador. El deseo mayoritario es que nazcan muchos Benitos y Raqueles para que  su propuesta les lleve a la ruina, si es cierto que reparten la recompensa. Tenía razón Francis Bacon cuando dijo que el dinero es como el estiércol, sólo es bueno cuando se esparce.

Ya en serio, más preocupante es que el Gobierno británico pretenda sobornar a los jefes tribales de una provincia de Afganistán. "Se busca taliban muerto, se recompensará con un sueldo anual de 800 libras". Además de torpe es indecente.Los talibanes proceden de las tribus a cuyos líderes pretende comprar el gobernador nombrado por el presidente Karzai. Lo único que le faltaba al Gobierno de Kabul, una partida de fondos reservados para cohechos, más ayuda internacional para desviar a bolsillos corruptos. Sólo falta que este trapicheo de sobornos entre caciques se convierta en nuevo caldo de cultivo para que los talibanes ganen adeptos.

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