Todo es posible

Tres mujeres

Las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, fueron asesinadas por los sicarios del dictador Trujillo el 25 de noviembre de 1960. Hoy es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en recuerdo de aquel brutal asesinato y, como todas las conmemoraciones, perderían su significado si no fuera porque aún existen mujeres como ellas, dispuestas a arriesgar su vida por la libertad. Me gustaría escribirlo con sencillez, pero no me salen palabras menos grandilocuentes cuando se trata de asuntos tan comprometidos. Quizá suenen mejor al atribuírselas a sus protagonistas: otras tres mujeres, cada una en un continente, amenazadas de muerte por defender los derechos humanos de sus respectivos pueblos.

Una de ellas es la saharaui Aminatu Haidar, que hace días inició una huelga de hambre para denunciar la actitud del Gobierno marroquí, no sólo contra su persona, sino contra todos sus compatriotas. Haidar ha sido expulsada de su tierra, y fue encarcelada y torturada por exigir el referéndum de autodeterminación amparado por Naciones Unidas. Otra de las heroínas es Suraya Pakzad, una de las cien personas más influyentes del mundo, según la revista Time, que ha organizado una red de refugios para las mujeres afganas víctimas del maltrato. Pakzad lleva diez años amenazada de muerte por los talibanes y, a pesar del peligro, no piensa abandonar su país. La tercera es Lydia Cacho, periodista y escritora mexicana, que también fue detenida ilegalmente por denunciar a las autoridades de Puebla en una red de pederastia. Larga vida a las tres. Que este día sirva, al menos, para blindarlas.

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