"Montilla actúa como un batasuno. No se puede estar en el parlamentarismo y en el guerracivilismo a la vez." -Rosa Díez, diputada de UPyD- 

Cataluña se divorcia del resto de España. El presidente de la Generalitat llama a la desobediencia y no respeta las leyes de la democracia. Es necesario replantear la relación entre España y Cataluña. La dignidad de los catalanes no puede ser pisoteada. La derecha alimenta la división entre los pueblos de España. 

Rescato frases dichas por políticos y periodistas en los últimos días. Y les ahorro insultos y gracietas. No está mal para comenzar 2010. Un buen anticipo de lo que promete ser un año intenso en todo lo relacionado con Cataluña. La demorada sentencia sobre el Estatut se conocerá en año electoral: los catalanes pasarán por las urnas en unos meses, y en toda España son vísperas de municipales y autonómicas (y no olvidemos que el tema da muchos votos fuera de Cataluña). 

De manera que sólo cabe esperar una elevación de la retórica melodramática, con exhibición de palabras y gestos que calienten el ambiente todo lo posible. Luego, amortizados los excesos verbales, todo se irá desinflando. Se acordará algún apaño sobre el Estatut, habrá alianzas de gobierno tras las elecciones, y los irreconciliables se fumarán un puro juntos, que aquí no ha pasado nada. 

Vale, ya sé que la política, en las democracias parlamentarias, tiene un componente necesario de teatralidad, por el que las diferencias políticas se dramatizan un rato. Todos los participantes lo saben, y compiten por ver quién la dice más gorda, aunque luego coman juntos y se echen unas risas. El problema es que no estoy muy seguro de si todos los ciudadanos estamos al tanto del juego. En la calle, allí o aquí, oigo cada barbaridad, que me temo que costará mucho convencer a algunos de que la cosa no era para tanto.