Traducción inversa

Independentismo y sociología

  El lunes, en la Cadena Ser, un sociólogo de relumbrón, tertuliano habitual en "Hoy por hoy" y columnista de El País, comparaba el referéndum independentista  de Arenys de Munt con las algaradas adolescentes de Pozuelo. Todo es comparable, en efecto. Pero digo yo que si la flor y nata de la sociología nacional utiliza esos mimbres para pergeñar sus cestos teóricos, ¿qué debemos esperar de los españolitos de a pie?

  Es lógico y normal que a los muchachotes del PP (y, con ellos, todos los que consideran que el franquismo fue una etapa de "extraordinaria placidez") les entre urticaria ante todo lo catalán. Lo que ya no es comprensible es que esa reacción la mimeticen también los ciudadanos progresistas y supuestamente liberales. Me disculparán si afirmo ahora que el problema del independentismo catalán no es en realidad ningún problema. El día en que una mayoría cualificada de ciudadanos de Catalunya quieran formar una nación independiente simplemente lo harán, del mismo modo que se vestirían todos de amarillo si así lo decidieran o renunciarían a la siesta. Si uno es demócrata tiene que acostumbrarse a estas cosas y si uno es digamos sociólogo habría que dejar los argumentos extravagantes para los tertulianos de "Dónde estás corazón". De lo contrario, nos arriesgamos a que España siga siendo different por los siglos de los siglos, cuando a lo que deberíamos aspirar es a acabar confundidos con británicos, helvéticos y escandinavos. ¿Arenys de Munt? Respeten la lengua, los símbolos, el Estatuto y la realidad social catalana y verán como el independentismo decrece. ¿Hay que ser sociólogo para entender esto?

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