Traducción inversa

Descubrimiento ritual del Mediterráneo

El diario ABC nos ilustraba el domingo pasado con un amplio reportaje sobre lo que llamaba las "desigualdades" entre los españoles. El rotativo de Vocento nos descubría así el Mediterráneo en pleno siglo XXI. Porque resulta que lo que ellos llaman "desigualdad" es simplemente la diversidad normal y natural en toda sociedad compleja.

Ya resulta entrañable, en todo caso, esa machacona preocupación del conservadurismo hispánico porque nadie en la Península Ibérica –excepto Portugal, claro- se salga del estrecho redil que ellos mismos han dibujado en su cabeza. Habrá que evidenciar, entonces, que los mapas, las fronteras, la mística identitaria es, básicamente, una construcción mental.

Pero pasemos a asuntos concretos. Se escandaliza ABC porque un funcionario –un médico, por ejemplo- no cobre lo mismo en Vitoria que en Sevilla. Y sin embargo, les parece muy normal que eso mismo ocurra entre Oslo y Palermo. No sólo descubren el Mediterráneo: también se maravillan ante la evidencia geoeconómica (el Norte y el Sur, me temo). Por supuesto que, si me preguntan a mí, les diría que estoy completamente a favor de que los médicos vascos cobren igual salario  que los andaluces, y lo mismo reivindico para los noruegos y los sicilianos, o los alemanes y los egipcios. Pero, como diría Josep Pla, ¿y eso quién lo va a pagar?

Somos diferentes pero, además, el mundo es injusto. Hay países y regiones que tienen un PIB per cápita superior a otros. Empecemos a trabajar para evitar eso y dejemos la retórica para las bellas letras, ¿no les parece?

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