Traducción inversa

Una esperanza para el Cabanyal

  El barrio del Cabanyal, en Valencia, es un antiguo pueblo de pescadores situado frente a la playa de la Malva-rosa. Su arquitectura de casas bajas, con sus vivaces fachadas decoradas con elementos modernistas, constituye un pequeño tesoro arquitectónico. Este es uno de los escenarios primordiales del novelista Blasco Ibáñez o del pintor Joaquín Sorolla, cuyos cuadros más luminosos y característicos retratan pasajes de la vida marinera del lugar. Aunque fue declarado Bien de Interés Cultural en 1993, el Cabanyal está sentenciado hace años, puesto que a la alcaldesa de Valencia, la hueca y absoluta Rita Barberá, se le ha puesto entre ceja y ceja abrir en canal el barrio para prolongar una torpe avenida.

  Ahora el Tribunal Supremo, que en sentencias anteriores parecía dar el plácet al capricho urbanístico del PP, ha emitido un nuevo fallo que abre un resquicio a la esperanza de salvación para este hermoso poblamiento. El alto tribunal da la razón a los vecinos y le pasa la patata caliente al Ministerio de Cultura, que queda facultado para paralizar los planes municipales si considera que existe un "expolio" para el patrimonio valenciano.

  Cuando todo parecía abocado, pues, a la destrucción del barrio, esta nueva arma permite continuar la lucha a organizaciones como "Salvem el Cabanyal", que el fin de semana pasado celebró un concierto (titulado significativamente "Rock contra l’enderroc", es decir, "Rock contra el derribo") y anuncia renovados esfuerzos para que el Ministerio se moje y se paralicen las demoliciones en marcha.

  ¿Tendrá el Ministerio la cordura que le falta al ayuntamiento? 

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