La trama mediática

La (nueva) canción del pirata

Cómo no, de plato único, Alakrana al pil pil, ahora que -2,3 millones de euros mediante- se ha levantado el responsable veto informativo autoimpuesto por los medios. ¿Veto? ¡Pero si casi no se ha farfullado de otra cosa en los últimos 47 días? Eso díganselo a José Antonio Vera, que como si hubiera estado de vacaciones en Plutón durante este tiempo, escribía ayer en La Razón: "El grueso de la Prensa y los partidos han permanecido callados estos días para favorecer que el secuestro del Alakrana se resolviera con la liberación de los pescadores". Parece que no lee ni su periódico. Sólo su compañero de correrías opinativas César Vidal nos atizó tres columnas como tres garfios a la yugular en una semana.

Lo de los garfios, ya me perdonarán, es para poner un toque de color acorde a la temática de la que hablamos. Le he copiado el recurso al catedrático Pedro José Ramírez, que en el chisporroteante monólogo El Mundo en dos minutos de la versión digital de su periódico se dejaba llevar por sus fantasías errolflynnianas. Traten de imaginarlo diciendo "De acuerdo con las leyes del mar, [al Gobierno] la oposición tiene que azotarle ahora con el látigo de siete colas [ya sé lo que están pensando; no sigan por ahí] y exigir que las o los responsables sean pasados por la proa y arrojados a los tiburones de la opinión pública". ¿Algo más que declarar, Long Pedrojota Silver? "¡Ah! Y como en Bermeo no pongan la bandera española, la próxima vez, que vaya en su ayuda su tía".

Tras la humillación, ¡venganza!

A Gabriel Albiac -ya lo conocen- le inspiran clásicos más actuales, de Sylvester Stallone para abajo, como dejó patente de nuevo en su columna de ayer en ABC. Notarán los parroquianos de esta sección que es, por cierto, un calco de la que escribió hace una semana: "Impedir que la Armada interviniese para perseguir, abordar y hundir a los piratas, como toda racionalidad marítima exige, fue declarar urbi et orbi a este país indefenso, dejarlo a la merced de cualquier chantaje. No es nuevo. Fue lo que consagró la rendición después del 11-M".

En la misma línea mamporrera, el llamado Gees (acrónimo de Grupo de Estudios Estratégicos) clamaba en Libertad Digital: "España debiera hacer justicia y detener o eliminar a los secuestradores del Alakrana. No resultaría difícil bombardear sus casas y guaridas, hundir sus lanchas y barcos nodrizas sin contemplaciones, reducir a cenizas sus puertos". Ruge la grada: ¡A por ellos, oé!

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