La trama mediática

Sigue el reparto del botín

No hay dos sin tres. Mientras los secuestradores del Alakrana se pulen el pastucio del rescate allá en Haradhere, nuestros bucaneros de tinta dulce apuran por tercer día consecutivo el botín que les ha llovido tras la liberación del atunero. Algunos, llevados por la humana avaricia, sueñan ya con un nuevo abordaje o, como hizo ayer José Antonio Vera en La Razón, buscan tajada en apresamientos inexistentes. Lean y luego les explico: "La prueba de que somos más vulnerables está en que ayer mismo intentaron apresar a otro barco, el 'Txori Gorri', perseguido durante ocho millas con riesgo evidente de secuestro. Afortunadamente este pesquero llevaba a bordo un grupo de seguridad privada, lo que sirvió para disuadir a los corsarios".

Lo divertido de este teorema es que se lo desmonta su propio periódico, cuando explica que "la misión 'Atalanta' puntualizó que se trataba de una falsa alarma y que la señal de alerta del 'Txori Gorri' resultó infundada". Por si quedaran dudas, el armador del barco cuenta, también en La Razón, lo que ocurrió: "Los marineros han visto algo sospechoso, han avisado a los militares y ya está. No ha ocurrido nada más, ni han atacado nada. No ha habido ningún ataque ni mucho menos. Sólo una incidencia de las 30 que se producen cada día". Conclusión: Vera no se entera. O sí, y eso es peor.

Nostalgia de la Armada Invencible

En ABC, el viejo lobo de los mares opinativos Martín Ferrand se esforzaba por devolver lustre al ejército español, que a juicio de algunos de sus colegas, en este episodio ha quedado como Cagancho en Almagro. "España disfruta hoy, a pesar de los complejos que inspiran la política gubernamental, de un Ejército con jefes, oficiales y suboficiales como nunca, desde los Tercios de Flandes, los habíamos tenido", porfiaba en su columna. ¿Culpables? Adivinen: "El mérito principal de ese reverdecimiento antimilitar en nuestra sociedad corresponde a Carme Chacón. En la medida en que, como parece, uno de los objetivos del zapaterismo sea la destrucción de los valores tradicionales de la vida española, Carmen Chacón se merece una medalla".

Con idéntico argumentario y también en ABC, Rafael Bardají llegaba a una conclusión más extrema: "Si Rodríguez Zapatero hubiera sido presidente de Gobierno en 2002, cuando la invasión de Perejil, hoy no sólo estaría ondeando la bandera marroquí en aquel islote, sino posiblemente también en Ceuta y Melilla". O en Cuenca, si te descuidas.

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