La trama mediática

¡Marchando unas elecciones!

Prepárense, que ya estamos en campaña. ¿De las autonómicas del año que viene? No. Eso es caza menor y ya estaba en el calendario. Pedro Jota, perfecto trasunto del diablo que cuando no sabe que hacer se retuerce el rabo -con perdón-, quiere una pelea en el barro de primera división. Generales, y ya o casi ya. De hecho, ponía fecha en su última carta-mar de El Mundo: "Lo que la democracia ha estropeado, la democracia lo puede enmendar. No perdamos el tiempo pidiendo mociones de censura, que eso no sirve para nada ni va a ningún sitio. Hay argumentos suficientes para reclamar el adelanto de las elecciones generales de forma que se celebren en 2011". Ya saben que el riojano es como el monaguillo del chiste. De dos portadas y un editorial a la semana no lo baja nadie. Dense por... convocados a las urnas.

De instintos básicos

Pero mientras llega el momento de malgastar la papeleta, nos entretendremos con grandes debates. ¿Lo de las pensiones? Sí, ese está muy bien, pero a la Cope le preocupa casi más la invitación a la lujuria que intuye en un informe sobre salud sexual del ministerio de sanidad que anda rulando por ahí. El editorialista de la episcopal sospecha que es poco menos que cosa del diablo y no duda en hablar de "un paso más en el disparate antropológico y en el afán de manipular a la sociedad y de tener a los jóvenes adormecidos, carentes de espíritu crítico y ausentes de la realidad".

Todo, como ya contamos el sábado, porque se anima al personal a tener una sexualidad placentera, que es tanto como quitar a la bimilenaria institución el monopolio de los candados en las ingles. Ante tal amenaza, hay que sacar toda la artillería dialéctica del puritanismo más rancio. Me refiero a frases como esta: "El gobierno sabe que, en una sociedad donde prima el instinto, las estrategias para la salud sexual son los nuevos mecanismos que hacen esclavas a las personas, en vez de proponer una educación integral en la que la sexualidad forme parte del amor que hace la vida plena y feliz". Eso, para el extramuros, claro.

Cristina López Schlichting, que en más de una ocasión ha confesado en público sus pulsiones concupiscentes, parece molesta porque el famoso informe no le ha enseñado nada que no hubiera aprendido con las ursulinas. Y se lo reprocha en este tono desdeñoso a la ministra de sanidad: "Mira guapa, el onanismo es tan viejo como el mundo y, te aseguro, no constituye novedad cultural ninguna".

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