La trama mediática

Neolibertarios y doctores

Lo peor de la limitación de velocidad a 110 no son las futuras multas, sino las presentes chapas que los neolibertarios azules se afanan en emplumarnos. Algunos, como Alfonso Ussía en La Razón, hasta con pretensiones chistosas. "Nueve horas de viaje sin superar los 110 kilómetros a la hora. Volví en avión, pero ahorré muchísima energía. El Seiscientos al chatarrero. Delicioso viaje ahorrando gasolina. Gracias, Gobierno", terminaba lo que quería ser un descacharrante relato. Más circunspecto y, aunque parezca mentira, también más rancio, José Luis Requero se ponía estupendo: "Prohibir es sucedáneo de política y si algo muestra el creciente prohibicionismo es la falta de ideas e iniciativas políticas". Tal vez no haya caído en la cuenta el señor juez de que las leyes que él administra encierran por acción u omisión prohibiciones y limitaciones. Y los diez mandamientos de los que es fanático, ni le digo.

Tertsch defiende a Madrid

Desde ABC pide pista Iganacio Camacho, otro ácrata de penúltima ola, por lo visto: "En su búsqueda de nuevas vías para una izquierda desgastada, el zapaterismo apostó de salida por una modificación de hábitos individuales y colectivos que garantizaba éxitos rápidos sin gran coste económico y permitía proyectar con facilidad etiquetas de ideología posmoderna". Tiene su qué, pero es mucho más entretenido ver en las mismas páginas a Hermann Tertsch hecho un basilisco por una broma de José Blanco sobre la Comunidad intocable: "Odian Madrid porque lo ven con resentida admiración. Porque es una isla de gestión pública europea en el lodazal de gestión paternalista autoritaria y tercermundista del socialismo de la impotencia y el insulto. Del que Pepiño es, con Zapatero, patético mascarón de proa".

Un momentito, que queda el pescozón de rigor a Rubalcaba. ¿Incluso estando enfermo? ¡Ja! Eso es lo que se creen ustedes. Puro cuento, según el doctor Federico Jiménez Losantos en Libertad Digital: "No acabo de entender cómo una exploración de próstata -tacto rectal, radiografías- por aumento del PSA puede producir infección urinaria, ni sé si tiene dañado el páncreas, la próstata o sólo la ética, que está moribunda. Carlos Dávila, que estudió medicina -no es broma-, alimenta la duda en La Gaceta: "Tantas veces ha sido Rubalcaba el enfermo imaginario que cuando al parecer no lo es -y yo mucho lo lamento- cuesta creerlo del todo".

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