La trama mediática

La agenda de Mariano

Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros. Rajoy llegará a Moncloa con el aliento de Federico Jiménez Losantos en la nuca. El turolense sigue sin perdonarle haber perdido dos elecciones y ayer volvía largarle una pedrada desde El Mundo: "No sabe si acudirá a la manifestación del 9 de abril, que mirará su agenda a ver, pero que él, de corazón, siempre está con las víctimas. Lo de 'mirar la agenda' añade a la ofensa el recochineo. Ni respeta la verdad, ni a las víctimas, ni a los votantes". Siempre a la orden y tratando de agradar a su jefe, el editorialista de Libertad Digital repetía capón echando mano de una oyente anónima de EsRadio: "Quiero decirle al señor Rajoy que mi corazón está con él, pero tengo que mirar la agenda porque es probable que el día que haya elecciones no pueda ir a votarle".

Para compensar y, de paso, para que se vea que en el PP no sólo hay maricomplejines, bajo esas líneas Ignacio Gil Lázaro convocaba a las masas a la manifestación a la que su líder no sabe si irá. "El próximo día 9 -en las calles de Madrid- miles de ciudadanos reivindicarán de nuevo el legado que constituye para todos los españoles de bien esa referencia colosal e inembargable que es y será siempre la memoria de las víctimas", se adornaba el azote faisanesco de Pérez Rubalcaba.

Leguina, intereconómico

De pluma política a pluma política, Joaquín Leguina supuraba su eterna bilis -¡ay, el rencor!- en La Gaceta. Cada vez es más difícil distinguirlo de los columneros habituales. Lean: "Vinieron a desfogarse en nuestros lechos gentes defensoras de utopías parciales. Me refiero, claro está, a los (y las) radicales del ecologismo y del feminismo. No se trata de negar el pan y la sal a los ecologistas ni a las feministas, pero un partido de gobierno no puede convertirse en la correa de transmisión de ideologías tan parciales como radicales". Lo mejor, el título de la pieza: "No es por joder".

Por lo menos, Antonio Burgos no se justifica. Las suelta en ABC y punto. He aquí la penúltima: "Y allá que estaba Carmen Chacón (o Carme Chacó, o como demonios escriba su nombre castellanísimo esta charnega)". Eso les deja el ánimo preparado para enfrentarse a Alfonso Ussía, que dedicaba su columna de La Razón a Naciones Unidas. Con una frase basta: "La ONU, escrito sea con la mayor de las cordialidades, es una inútil reunión de golfos y vividores". Desde el cariño.

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