La trama mediática

Ojo por ojo

Preparen la fibra sensible, que Carlos Dávila se la va a pellizcar. Quién iba a sospechar que alguien con rostro de mármol tendría alma de natilla. Pues miren: "A veces cuesta mucho hacer una portada. Emocionalmente resulta poco soportable. Una de esas veces fue este miércoles. Cuando supimos en La Gaceta que Troitiño salía de la cárcel (...) no tuvimos dudas: la fotografía era la de aquellos guardias civiles-niños troceados bestialmente por el dúo De Juana-Troitiño". No es difícil imaginar al director del papel intereconómico gritando al portadista: "¡Que se vean bien los trozos!". Y para compensar la sensiblería de todo a cien, bofetada en el editorial: "Sobre la memoria pisoteada de las víctimas de Troitiño se están escribiendo las últimas páginas de ETA. Zapatero quiere que nos acostumbremos a los brindis de asesinos en serie como Sagardui".

Hozando en el mismo fangal, el editorialista de La Razón jura en arameo: "No se pudrirán en la cárcel". Sí, ese el verbo. Por si quedaran dudas, lo repite: "Desde hace muchos años, los políticos nos han asegurado por activa y por pasiva que los terroristas se pudrirían en la cárcel. Parece que no será así". Tras eso, aún se atreve a apostillar: "No se trata de venganza, sino de justicia". Ya, la del ojo por ojo.

Tertsch mezcla

Desde ABC, Hermann Tertsch también pretende largarse una catilinaria de juez de la horca sobre la excarcelación. Sin embargo, por el camino se le cruza el costumbrismo y le sale un churro raro: "Ningún español se puede sustraer a la impresión de que nuestro Estado funciona como la mercería de la tía Rosita. Y cuando este Estado comete un error -casi siempre en perjuicio de sus maltratados súbditos- siempre recurre nada menos que a su carácter humano para justificarlo". Trataba de hablar a la vez de política penitenciaria y del prematuro anuncio de Zapatero sobre inversiones chinas. Como si Tertsch no conociera los riesgos de mezclar.

Pero debe de ser la moda. El editorialista de Cope se suma a ella con una soflama titulada "El Titanic de Zapatero". Parece que va a desmontar la metáfora del transtlántico que se largó el inquilino de Moncloa, ¿verdad? Pues no. Táctica del despiste. Este es el mensaje: "Hay fundadas sospechas de que en su intento de conseguir una paz con precio político, el Gobierno Zapatero ha vulnerado el Estado de Derecho. Como para estar tranquilos".

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