La trama mediática

Obsesiones de saldo

Las rebajas de julio han llegado a Carpetovetonia. Cada chiringuito ofrece cuatro por uno de lo que sea. En La Razón, saldo de productos del impío norte. "Bildu entraría con 4 diputados en el Congreso en las próximas elecciones generales", anuncia en primera con datos -o así- de su churrería demoscópica. Es sólo la primera nota para que el editorialista cante la romanza completa: "Bildu está cada día más envalentonada y se siente legitimada para aplicar el ideario político de ETA, que sigue activa, porque así se lo ha permitido el Tribunal Constitucional. Su objetivo siguiente será entrar en el Congreso y, dos años después, convertirse en fuerza de gobierno en el País Vasco". Si les siguen haciendo la campaña así, seguro.

Sólo los auténticos patriotas podrían doblegar ese destino. Lástima, denuncia César Vidal en el papelón azul, que esos donostiarras de pro hayan descuidado su deber: "Aquellos que aclamaban a Franco cuando iba a San Sebastián nunca asumirán el riesgo de significarse y así, de la misma manera que el general pudo seguir en el poder hasta exhalar su último aliento, el día menos pensado Bildu nos anuncia que la hora de la independencia vasca ha llegado". Serán cobardicas, estos franquistas...

Adivinanza

Ejercicio de agudeza mental. Tienen cuatro décimas de segundo para adivinar cuál es la obsesión recurrente de Libertad Digital. Como pista, los títulos y los autores de las cuatro primeras piezas de su página de opinión: "El candidato Rubalcaba, un mentiroso compulsivo" (editorial), "¿Dónde se metió Alfredo en el 69? (José G. Domínguez), "El calendario de Freddy" (Emilio Campmany) y "¿Qué esperamos de Rubalcaba?" (Agapito Maestre). Sobra la respuesta, ¿verdad?

A La Gaceta también le revientan las fobias por las costuras. "Los gays llenan Madrid de basura", titula en primera, y añade: "La marea arcoíris del Orgullo Gay dejó el sábado una ingente tarea para los servicios de limpieza de la capital; tan ingente como las 172 toneladas de porquería que se recogieron hasta bien entrada la mañana del domingo. Los madrileños pagan la fiesta".

Como regalo final, una confesión de Juan Manuel de Prada en ABC: "Uno de los rasgos más estupefacientes del temperamento hispánico es la capacidad que tenemos para echarle morro a la vida, haciéndonos los longuis, como si la realidad no fuese con nosotros". Se ha clavado a sí mismo.

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