Versión Libre

El PSOE debe resolver su crisis de identidad

En su primera comparecencia pública tras la debacle electoral del domingo, José Luis Rodríguez Zapatero anunció ayer la convocatoria de un congreso ordinario del PSOE para comienzos de febrero próximo, del que deberá salir el nombre de su sustituto como secretario general y el equipo que dirigirá la organización política en uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. Algunos sectores del partido, empeñados en endilgar a Zapatero la responsabilidad única e intransferible del derrumbe, han empezado con notable impaciencia a presionar para que el líder dimita y se inhiba así de pilotar la transición hasta el citado congreso. Este contencioso no carece de importancia en términos de táctica política; pero la forma en que se dirima, cualquiera que sea, resultará un fracaso si no conduce al único objetivo que debe perseguir el partido en esta coyuntura decisiva: que el próximo líder surja de un debate serio de ideas sobre el papel que debe –o puede– jugar la socialdemocracia en un mundo incierto, cambiante, donde la democracia y la justicia social se encuentran gravemente amenazadas por la acción desatada de los poderes financieros. Componendas como la de mayo pasado, en las que se celebró una farsa de primarias para consagrar al candidato a las elecciones, sólo contribuyen a aumentar la desafección de los votantes, como se evidenció en los resultados del

20-N. A diferencia del PP, que cuenta con una alta fidelidad de voto y no tiene conflictos ideológicos con la nueva realidad económica, el PSOE está obligado a resolver su aguda crisis de identidad si pretende atraer de nuevo a los simpatizantes y salir del abismo.

Más Noticias