Aquí no se fía

A la banca le sale a cuenta engañar (otra vez)

A cinco de las mayores entidades financieras del mundo les han metido un paquete de padre y muy señor mío el Departamento de Justicia y la Reserva Federal de Estados Unidos. JPMorgan Chase, Citigroup, Blanclays, Royal Bank of Scotland, Bank of America y la Unión de Bancos Suizos (USB) tendrán que pagar una multa conjunta de más de casi 6.000 millones de dólares. Las cinco han admitido su participación en maniobras para manipular el mercado de divisas, mediante el intercambio de información confidencial sobre los movimientos de sus clientes, entre otras cosas.

No han tenido un comportamiento muy ejemplar estas entidades en los últimos años, aunque puede que en realidad no lo hayan tenido nunca. Sus nombres ya sonaron al inicio de la crisis entre los de quienes se dedicaron a empaquetar y vender las célebres hipotecas basura, con el fin de deshacerse de importantes volúmenes de activo de difícil cobro. La consecuencia de aquello fue la debacle que desde entonces asola a medio mundo, incluida España, donde el efecto contagio y algunos factores locales, como la barra libre de crédito en los años del boom económico, desencadenó el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuyo coste aún estamos pagando.

JPMorgan Chase, Citigroup, Blanclays, Royal Bank of Scotland, Bank of America y la USB no han tenido el menor empacho en culpar de la manipulación del mercado de divisas a algunos de sus operadores, que habrían pactado estrategias entre ellos mismos para maximizar beneficios y minimizar pérdidas. Pero, aunque así fuera, pocas dudas pueden caber de que su comportamiento estuvo alentado por los fuertes incentivos que los jefes de esas entidades les ofrecían, en el marco de un negocio presidido por una desmedida codicia. Quienes hayan tenido la oportunidad de ver, por ejemplo, El lobo de Wall Street entenderán lo que digo.

La multa impuesta, de un volumen sin precedentes para delitos de esta naturaleza, es, empero, muy modesta si se compara con lo que mueve el mercado de divisas: más de cinco billones de dólares al día; es decir, alrededor de 1.700 billones al año. En ese auténtico océano de dinero, 6.000 millones de dólares no son apenas nada, y menos aún un motivo para dejar tan criminales prácticas. Al fin y al cabo, lo que las cinco entidades ganaron durante un lustro con la manipulación del mercado de divisas fueron 10.000 millones, según se dice ahora. Así que, con multa y todo, aquella maniobra les ha salido a cuenta.

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