Cartas de los lectores

29 de septiembre

Lo que de verdad piensa el PP
Desde que existen las clases sociales nunca los que más tienen han renunciado a sus privilegios para favorecer a los que menos tienen. El mejor ejemplo de ello lo tenemos ahora con el PP oponiéndose a que los que más tienen paguen algo más en plena crisis. El segundo ejemplo lo tenemos con el recorte de profesores, incluso Esperanza Aguirre –que los ha catalogado de vagos– amenaza con que la enseñanza superior no puede ser toda gratuita. La presidenta madrileña no puede soportar que los hijos de los obreros estudien carreras universitarias como los hijos de los ricos, porque estos últimos pierden la hegemonía para ocupar los puestos mejor remunerados.
Yo no tuve ninguna oportunidad de estudiar en 1936, así que la universidad de la vida me dio los suficientes conocimientos para criticar sus mentiras y no dejarme engañar por los cantos de sirena de los que se enriquecen a costa de los que menos tienen.
Joaquín García Mayo Getafe (Madrid)

Constitución, vivienda
y especulación
El artículo 47 de la Constitución de 1978 dice que "todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes
públicos".
Un artículo que, a primera vista, el 80% de los ayuntamientos, el 100% de las comunidades autónomas y, como mínimo, los dos últimos gobiernos (el de Aznar y el de Zapatero) han ignorado.
No podemos permitir los españoles que estos que se han saltado a la torera el precepto constitucional, que han estrujado a las cajas de ahorros y que han permitido a los bancos realizar una gran hipoteca general de España y de sus ciudadanos sigan en puestos de responsabilidad pública manejando los erarios de los contribuyentes, e incluso algunos en altos cargos de las administraciones.
Francisco Vicente Agulló Sánchez
Elche (Alicante)

Padres de los alumnos
de un colegio fantasma de Madrid
Estamos desesperados. Pertenecemos a la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del Colegio Antonio Fontán de Madrid. Un colegio muy particular, pues, a día de hoy, físicamente no existe.

Mejor explicamos la situación: en julio de 2010, ante la avalancha de solicitudes para matricular a niños de 3 años en el barrio de Montecarmelo (Madrid), la Administración madrileña decidió crear un nuevo colegio, además del que ya existía.
Durante el primer curso, el nuevo colegio fue alojado en las instalaciones del colegio público del barrio, el CEIP Infanta Leonor.
En estos 13 meses, ha habido tiempo suficiente para licitar, adjudicar, proyectar, dirigir y construir el primer módulo de dicho nuevo colegio que podría recibir a los primeros alumnos (así lo juzgó en su día la Administración y así nos fue transmitido).
Sin embargo, las obras para el ciclo de infantil no han finalizado y, por el momento, no existe proyecto ni licitación a la vista para construir el resto del centro: aulas de Primaria, gimnasio, comedor... La Administración regional ha improvisado (nos informó de ello hace una semana) que inicien las clases en un centro que ni siquiera se encuentra en el mismo barrio. La situación en que nos encontramos es que 150 niños de 3 y 4 años van a sufrir la falta de previsión y la ineficacia de una Administración para la que la Educación es sumamente importante durante la campaña electoral, pero que no se toma en serio a las futuras generaciones en el día a día.
Espero que entiendan nuestra amargura, nuestra desorientación y nuestra desesperación. Nos gustaría que esta carta provocara algún movimiento en la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, si es que allí alguien lo tiene a bien, con la única finalidad de que planifiquen las obras que restan en el centro, para no repetir esta situación cuando estos niños comiencen a cursar la educación primaria dentro de dos años.
Parece una meta asequible y un fin razonable.
AMPA CEIP Antonio Fontán
Madrid

El déficit público y
la esperanza de vida
La dogmatización del combate contra el déficit público es una excusa para justificar un retorno hacia las formas económicas del siglo XIX. Se pretende la aniquilación del Estado del bienestar:
la desaparición de la sanidad pública y la seguridad social, lo cual provocará una inhumana pérdida de la esperanza de vida.
De hecho, en estos momentos sufrimos un sistema cínico y ultraconservador en el que las mentiras manipuladoras triunfan y pasan a convertirse en (falsas) verdades absolutas. Estamos gobernados por una ideología cancerígena que quiere el retorno a los privilegios absolutos de una minoría.
Esto representaría el fin de la democracia y de la cohesión social y una brutal pérdida de esperanza de vida para la mayoría de los ciudadanos.
Josep M. Loste Romero
Portbou (Girona)

Más Noticias