Cartas de los lectores

27 de noviembre

Telebasura
Este tipo de televisión, que siempre ha encontrado un medio dispuesto a exhibirla, cotiza al alza y las cadenas de televisión pujan por ofrecerla en exclusiva y en horario de máxima audiencia; la que más pague se hará con la entrevista de la vergüenza, que espera atraer a esa audiencia descerebrada que especula con su mando a distancia reportando grandes beneficios al medio.
También nos encontramos con el telecirco, el de los personajes que acabaron entre rejas por llenarse los bolsillos con el dinero público, el de los corruptos que, tras poner un pie fuera de la cárcel, acaban en un plató de televisión cobrando millones por contarnos su viacrucis carcelario.
La telebasura es el súmmum de la degradación periodística, el máximo exponente de la degradación social. Por eso no vi la entrevista a Julián Muñoz, porque no me interesa lo que tiene que decir alguien que llenaba sus bolsas de basura con el dinero de los contribuyentes: si tiene algo que contar que se lo cuente al juez, pero gratis.
Alberto Ríos Mosteiro/Madrid

Y ahora Repsol
Primero fue Endesa, ahora le llega el turno a Repsol. Quizá con un poco de suerte, dentro de unos años, a España le quede alguna empresa energética que esté en sus manos, no ya por un vacuo orgullo patrio sino por mera lógica, ya que, como potencia media que somos, requerimos de empresas energéticas para poder garantizar nuestro progreso.
Lo más curioso de todo es la visión que nuestro Gobierno tiene de la ciudadanía en general. Primero tanteó la posibilidad de la compra de Repsol por parte de la compañía pública rusa Gazprom, pero dicha tentativa fracasó por el temor a que Rusia domine una de nuestras principales empresas energéticas. Y es que, si a alguien le resulta un tanto alarmante esta actitud, convendría que preguntase a países como Georgia y Ucrania, los cuales sufrieron hace unos meses la presión del Kremlin, que les amenazó con cortales el suministro de gas. En un segundo asalto, Lukoil, propiedad de un jerarca ruso –y todos sabemos lo que eso significa–, un títere del Kremlin, se ha postulado como comprador. Si se permite, abriremos las puertas de Latinoamérica a Rusia.
Jorge Ipiña Pando/Bilbao

La manzana frente al cáncer de colon
Según un estudio realizado en Alemania, la pectina y extractos de manzana tienen propiedades anticancerígenos, ya que aumentan los niveles de butirato en el organismo, un sustrato que previene el cáncer de colon.
Recordemos que el butirato es un nutriente principal del epiteliloso del colon, que desempeña además un papel importante a la hora de proteger la fibra alimentaria frente a este tipo de cáncer.

Esta enfermedad es una de las principales causas de mortalidad en los países desarrollados y su incidencia guarda una importante relación con la dieta. Tal vez por eso, puede que sin saberlo, el Parlamento Europeo ha recomendado el consumo de fruta, especialmente manzanas, entre los niños y adolescentes.
Domingo Martínez/Baños de Valdearados (Burgos)

Pecador reincidente
El cardenal Rouco Varela acuña un nuevo mandamiento: "Recomienda al prójimo lo que seas incapaz de hacer tú mismo". En referencia a la Ley de Memoria Histórica, el cardenal dice que es necesario olvidar para reconciliarse.
El problema es que la Iglesia que él dirige no olvida, pues cada cierto tiempo nos avasalla con procesos masivos de beatificación y canonización de sus mártires, mientras que relega al olvido a las víctimas de la represión franquista que yacen enterradas aún en fosas comunes.
El cardenal se olvida de los cristianos de izquierda, que los hay, y muchos. Dice el cardenal que hay que evitar tensiones que puedan desembocar en
enfrentamientos fratricidas. Sabe de lo que habla, pues los obispos de su Iglesia avalaron la Guerra Civil como cruzada y pasearon a Franco bajo palio durante 40 años.
Francí Xavier Muñoz/ Madrid

Retirar las tropas de Afganistán
Yo creía que el veterano periodista Ahmed Rashid nos daría, en la entrevista realizada por Público (24-11-08), n poco de luz sobre la guerra de Afganistán.
Pero se limitó a repetir y justificar los intereses del imperio. Cualquiera sabe que nuestra presencia en Afganistán se debe a colaborar con el Ejército estadounidense de ocupación, que está allí por el oleoducto, la reserva petrolera, la nueva geoestrategia (según ellos, para defender la democracia y los derechos humanos). Lo que ese Ejército está haciendo, con otros que le son siervos, es un genocidio deliberado con centenares y miles de asesinados, con sus 30 bombardeos diarios.
Mal estarían antes los afganos, pero las innumerables ruinas perpetradas por este Ejército jamás se hubieran llegado a cometer sin él. Ni se volverán a cometer una vez que se haya ido. Siguen entrenando a soldados nativos, pero no les basta. Y dicen que, si se van, lo sufrirá con creces la población nativa. ¡Cuentos! Los muertos que se puedan producir con su marcha serán nada al lado del genocidio perpetrado por nuestros ejércitos.El periodista Rashid añade, como quien no quiere la cosa, que España debe seguir allí, implicarse más, aumentar las tropas y así evitar uedar aislada y perder peso en toda Europa. Pido al presidente Rodríguez Zapatero y a la ministra Carme Chacón que hagan una política internacional justa, que no teman romper con el imperio y que desoigan las sirenas de quienes trabajan para la desigualdad, el latrocinio y la dominación.
Benjamín Forcano/ Madrid

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