Cartas de los lectores

13 de septiembre

¡Son los jóvenes!
No deberíamos quedarnos en el escándalo más aparente. Creo que lo que ha pasado en Pozuelo de Alarcón tiene mucho de rebelión, producto del hartazgo vital de los hijos de la sociedad del consumo, a los que no queda nada por construir, pues reciben todos los productos acabados y perfectos, pero más alienantes que nunca, ya que apenas poseídos deben ser sustituidos por otros más novedosos y socialmente mas significativos. El botellón otorga identidad dispersa e inmediata de grupo y, al enfrentarse cara a cara con la policía, cuestionan la seguridad aparente que nos proporciona la fuerza institucionalizada en unos países, ciudades y barrios que cada vez son más ajenos para quienes los habitan y donde el anonimato es la norma.
Luis Fernando Crespo / Alcalá de Henares (Madrid)

Códigos de conducta
El discurso del presidente Barack Obama hacía referencia a la extensión del seguro sanitario, pero un congresista republicano voceó: "¡Mientes!".
Ese grito fue considerado una acción indecorosa, irrespetuosa e inaceptable que dio lugar a la reprobación firme e inequívoca de su propio grupo y, además, desencadenó una contundente respuesta ciudadana que bloqueó la web del político, lo que ocasionó la rápida disculpa por parte de Joe Wilson.
Hombre, es para pedir perdón, pero, viendo cómo está nuestro patio político, aquí esos códigos de conducta no parecen posibles ni a corto ni a medio ni a largo plazo.
Alejandro A. Prieto / Gijón (Asturias)

Suma injusticia
Ya lo decía Terencio en una de sus máximas: "Suma justicia, suma injusticia".
Pero el colmo es que sea el juez –cuya labor debe basarse en hacer respetar las leyes– el que se burle de ellas e intente aplicarlas de forma torticera y ridícula, tal y como ha sucedido con el juez Garzón.
Con estos actos, al final, lo que se termina consiguiendo es que la ciudadanía pierda la confianza en la justicia.
Diego Mas Mas / Madrid

Pérdida de valores
La actitud pasota por parte de los adolescentes de hoy se debe a la falta de valores, de los que los profesores son víctimas y no verdugos como algunos quieren hacer creer.
Los culpables son los educadores en primera instancia, es decir, los padres que no inculcan a sus vástagos unos principios básicos como el respeto o el esfuerzo.
Unos padres que consienten absolutamente todo a sus hijos y que, a cambio de nada, les dan todo. Serán los padres más guays del mundo, pero ¿qué clase de hijos están criando? ¿Qué clase de personas están dejando al futuro? ¿Cómo se desenvolverán esos chavales en la vida cuando no les den todo hecho?
Ismael Arranz Tejero / Madrid

Cicatrices

Hace un par de meses fui invitado por el Ayuntamiento de Alburquerque al acto de inauguración de las primeras jornadas sobre memoria histórica, ya que en esta localidad se exhu-
maron los primeros restos de los fusilados por los defensores del franquismo.
Los que dicen que remover la memoria histórica supone reabrir viejas heridas, se equivocan, porque servirá para que cicatricen las de los familiares de los 142 fusilados de este pueblo y de otros tantos que han estado abiertas durante 73 largos años.
Joaquín García Mayo / Madrid

Los pueblos
En mi pueblo, Antoñán del Valle, en León, todavía tocan las campanas, cantan los grillos, croan las ranas, cacarean las gallinas, zumban las abejas, trinan los pájaros, arrullan las palomas, ladran los perros, maúllan los gatos, balan las ovejas, rebuznan los burros, relinchan los caballos, gruñen los cerdos y mugen las vacas.
En mi pueblo, todavía llueve, truena, graniza, sopla el cierzo y susurra el arroyo.
En mi pueblo, todavía cantamos, reímos, hablamos y se aprecia el silencio.
Tan sólo pido un deseo y es que no permitamos que se mueran los pueblos, porque están llenos de vida y, tristemente, también de exilio.
Pedro Serrano / Valladolid

La justicia no es justa
La justicia no es justa si un grupo de corruptos es considerado apto para gobernar determinades comunidades autónomas. Tampoco lo es si un grupo de ultraderechistas consiguen llevar a un juez ante un tribunal por tratar de reparar la dignidad de las víctimas del franquismo.
La justicia no es justa si un joven es condenado a prisión por hacer ondear una bandera republicana en un edificio oficial mientras un grupo de niñatos montan una auténtica batalla campal por el simple hecho de divertirse y, además, son sólo condenados a tres meses sin salir de juerga.
Y llegamos al colmo de la torsión del concepto de justicia al conocer que los padres de dichos menores pretenden encausar a los policías agredidos por sus propios hijos.
¿Algo no va bien o es que tengo un concepto muy retorcido sobre la justicia?
Aarón Hernández / Ávila

Puños y puñetas
Mariano Rajoy califica el puño en alto de antiguo y triste. Yo lo considero reivindicativo y necesario. Esperanza Aguirre "luchará por evitar el comunismo", ¿no sería mejor evitar que el neoliberalismo vuelva a provocar otra crisis mundial económica?
Mateo J. Hernández / Málaga

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