Cartas de los lectores

14 de diciembre

Cruzados de mala fe
Muy mala fe o memoria tienen hoy quienes argumentan que no han oído nunca quejas porque presida en las aulas de las escuelas públicas una cruz. Son los mismos que montan los calvarios que han sufrido los pocos padres que, como en Valladolid, han tenido el valor de reclamar su libertad de conciencia, que incluso se han ensañado cobardemente contra los hijos de los reclamantes. Fue un pagano, Constantino, quien primero empleó la cruz supersticiosamente para ganar la batalla del puente Milvio. Desde entonces, innumerables feroces cruzados han manipulado la cruz para conquistar –desde la Edad Media hasta Bush– Oriente, y también América, África y la España democrática, durante "nuestra cruzada" franquista.
Emilia Novas Soler / Madrid

Nos están preparando para recibir a un Berlusconi en España
Se está creando un estado de opinión que, de no parar el embite, sentará en la Moncloa y en los demás centros de poder a personajes berlusconianos.
Hay quienes aprovechan hechos ciertos para deformar la realidad intentando, y tal vez consiguiendo, que los ciudadanos piensen que la política es un tremendo fraude, los políticos unos aprovechados y que más vale un gestor al estilo Berlusconi que este "gallinero".
Ahora se destapan numerosos casos de corrupción, se critica, sistemáticamente, toda actuación del Gobierno, la Iglesia reparte excomuniones contra la Ley de Interrupcion del Embarazo, se siembra el odio contra las nacionalidades del Estado, se restringe el crédito y así se ahoga a la economía...
Cuando se haya logrado que el pueblo aborrezca la forma de ejercer el poder en España, será el momento de presentar un Berlusconi a la española, un salvapatrias que redima a todos, naturalmente defendiendo los intereses de sus mentores.
Ese es el panorama al que lelgaremos salvo que se inicie una revolución de la ética que nos devuleva a todos ilusión por lo común.
José María Alonso Vallés / Creixell (Tarragona)

Otro punto de vista sobre las descargas de música en Internet
Soy músico de jazz, compositor de música original y productor de mis propios discos. Los avances tecnológicos nos permitieron autoproducir nuestros discos con buena calidad de grabación sin tener que ponernos al servicio de discográficas.
Creamos nuestro pequeño sello sólo para editar nuestra música a nuestro modo, sólo que una de nuestras más sólidas fuentes de venta era la venta de CD en los conciertos.
Pero pronto nos dimos cuenta de que cada CD comprado era copiado numerosas veces, algo que no se ocultaba. Era frecuente oír el comentario: "Tú compra ese y yo el otro y luego nos hacemos copias para todos".
Ya sé que cuento una obviedad, pero esto rebajó a la mitad o menos las ventas, a pesar de que la ausencia de intermediarios nos permitía poner un precio más que razonable.
Hasta aquí, hacer un buen y trabajado CD seguía siendo más o menos rentable, pero al poco tiempo el comentario era: "¿Diez euros?, ¿no estará colgado en la red?". Pues resulta que, para mi desmoralización, sí lo estaba, y gratis. Por lo tanto, hacer un buen CD, que entre componer, ensayar, grabar, mezclar, masterizar, etc., supone un trabajo de varios años, es, no sólo no rentable, sino casi humillante.
¿Nadie se ha parado a pensar que de este modo tendremos gran cantidad de música gratis, pero muy poca calidad?¿Algún grupo va a tratar de hacer un disco como por ejemplo Sargent Peppers, sabiendo que la mayoría del público se lo bajará por la cara?

Ángel Rubio González / Madrid

La autoridad moral de los consejeros de los bancos y los empresarios
Leo que los consejeros del banco inglés Royal Bank of Scotland, cuyo 70% está en manos públicas, estudian la opción de dimitir en bloque si el Gobierno británico condiciona y limita el pago de primas a sus directivos.
Esta solidaria medida de presión sería causa de aplauso y reconocimiento si estuviera avalada por la
coherencia de los discursos y comportamientos. Sin embargo, cuando se demandan diques para contener los salarios de los trabajadores y playas abiertas para las retribuciones de las élites, se abre una profunda vía de agua en la autoridad moral o técnica del que pretende dar sabios consejos.
¿Qué credibilidad y fiabilidad merecería un médico que, ante necesidades comparables, a unos pacientes les receta un comprimido y a otros 400?
Alejandro Prieto Orviz / Gijón (Asturias)

Salgado y los mayores que dan el callo más allá de los 65 años
Es inaceptable que la actual vicepresidenta segunda haya salido a la palestra para lanzar a los cuatro vientos que la edad de jubilación se retrase de forma gradual más allá de los 65 años.
La medida supondría explotar un pelín más a los mayores que ya han dado bastante el callo a lo largo de su larga vida laboral.
No deja de ser paradójico y triste el hecho de que, encontrándonos en pleno siglo XXI, conceptos tan fundamentales como progreso y calidad de vida parezcan ser ignorados.
Más coherencia y sentido común. En caso contrario todo le empieza a oler raro al sufrido ciudadano, hasta el punto de invitarle a pensar que lo que se intenta por todos los medios es cumplir esa ley no escrita de hacer buena la labor del antecesor.
Miguel Sánchez / Zaragoza

Rouco Varela nos da lecciones de libertad y democracia
Dice Rouco Varela que "la democracia funciona con la libertad y no con la imposición". Añade que considera triste y dolorosa la hipotética retirada de los crucifijos de los centros educativos estatales. De la imposición de sus símbolos religiosos a aquellas familias y aquellos niños que tienen que ver, en una escuela estatal, un signo que ni es fundamental ni característico de su fe, en el caso de que tengan alguna, no dice nada. De la libertad religiosa, recogida en el artículo 16 de nuestra Constitución, la misma que propugna que ninguna confesión tendrá carácter estatal, no sabe nada.
Quién sabe si incluso desconoce que un Estado aconfesional no es un Estado que vaya en contra de una religión, sino un Estado que respeta y ofrece igualdad de oportunidades a todas las confesiones. Y si, como esgrime Rouco, ha de facilitarse el ejercicio de los derechos en lugar de limitarlos, ¿por qué no exhibir los símbolos de todas las confesiones religiosas en los colegios estatales? Dudo de que a Rouco Varela esto de la igualdad y la libertad le suenen, siquiera, a música celestial.
Alberto Ríos Mosteiro / Madrid

Más Noticias