Crónicas insumisas

El Nobel de la Paz premia la lucha contra la violencia sexual como arma de guerra

Tica Font, Centre Delàs d’Estudis per la Pau

Kosovo, Rwanda, Liberia, Colombia.... todos estos conflictos nos han mostrado que la violencia de género y la violencia sexual durante el conflicto y posconflicto, ha sido una práctica generalizada, reiterada y persistente. Hoy se reconoce que las mujeres se ven afectadas por actos de violencia de manera diferente a los hombres, que algunos de estos actos se dirigen específicamente contra ellas, mientras que otros les afectan en mayor proporción que a los hombres.

Violencia de género es aquella que está dirigida contra las mujeres u hombres en razón de su sexo y/o rol de género, socialmente reconocido. En los conflictos armados de las últimas décadas se han descrito casos de reclutamientos forzosos de muchachos por grupos armados en los que una parte su entrenamiento consiste en violar a mujeres, en asesinar a mujeres embarazadas mediante golpes en sus vientres o la extracción de sus fetos. La violencia de género usualmente se manifiesta en forma de violencia sexual, pero puede incluir ataques no sexuales contra mujeres, hombres o menores.

Violencia sexual es aquella violencia que incluye el elemento sexual, como la violación sexual, abortos forzados, embarazos forzados, desnudamientos públicos, uniones forzadas o servidumbre sexual. Violación sexual en la mayoría de legislaciones ha sido definida como un acto sexual no consentido, este concepto puede incluir actos que involucren la inserción de objetos y/o el uso de ciertos orificios corporales que no se consideran sexuales per se. A través de las narraciones de miles y miles de mujeres que padecieron violencia sexualdurante los conflictos armados podemos agruparlas en violación sexual, perpetrada por un hombre contra una mujer una sola vez; violación sexual reiterada, cometida por el mismo hombre contra la misma mujer en más de una ocasión; violación sexual masiva y múltiple, cometida contra más de una víctima de manera simultánea o diferida en el tiempo por más de un perpetrador; violación sexual pública, en este caso el escenario en el que se lleva a cabo la violación es un espacio público calle, iglesia, escuela y/o en presencia de otras personas de la misma comunidad.

Servidumbre sexual, mujeres que son separadas de su comunidad y confiadas o recluidas a vivir con un hombre, su raptor. También puede suceder que un pequeño grupo de mujeres sean utilizadas para satisfacer las necesidades sexuales de un grupo de hombres policías, ejercito, insurgentes... Estas mujeres son obligadas a cocinar, lavar, limpiar, bailar o prestar servicios sexuales. El periodo de tiempo puede ser de unos días a meses, posteriormente dichas mujeres pueden ser ejecutadas o liberadas

Las dificultades para perseguir penalmente a criminales de delitos sexuales cometidos por agentes del Estado son grandes, por una parte dichos delitos fueron cometidos años atras, en circunstancias de conflicto armado, donde la mayoría de los casos no han sido denunciados en su momento, o si lo fueron no hay registros o evidencias, y en donde a posteriori obtener pruebas forenses resulta casi imposible.

El mensaje para los hombres es que violando a su mujer están violando su propiedad, y su honor y el de su familia, además de recordarles que han fallado en su rol de protección a la familia. De manera que la violación sexual sobre una mujer supone el ejercicio de poder sobre las mujeres, pero también sobre los hombres. Por esta razón los embarazos forzosos formaron parte de la limpieza étnica, que una mujer tenga un hijo de otra etnia o religión supondrá el rechazo de su comunidad, supondrá culpabilidad y rechazo a si misma por no haber resistido a la violación o por haber sobrevivido o por el deshonor que supone para la familia y el rechazo al niño por todos estos sentimientos contrapuestos.

La violación es una práctica que busca despertar en las victimas sentimientos de miedo, angustia, inferioridad, humillación y degradación. La violación es utilizada como una forma de intimación, castigo, represalia, humillación, ofensa o como instrumento de presión para obtener información. Generalmente suele utilizarse como instrumento para dominar, castigar y humillar, a través de ellas, a los hombres a los que están ligadas (padre, marido, hermano, hijo, pareja), hombres que son considerados enemigos; castigar física y moralmente a mujeres que se las considera enemigas o peligrosas porque se organizan y ejercen un rol no deseado.

Con frecuencia la violencia sexual ha sido utilizada con el propósito de controlar a la población o castigarla, sembrar el terror para expulsar una población de un cierto territorio y facilitar el posterior control territorial y sus recursos, o incluso han tenido la intencionalidad de eliminar parcial o totalmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso determinado.

De esta manera la violación sexual también constituye un acto de tortura, mientras que los desnudamientos y tocamientos constituirían actos de tratos degradantes; con lo cual si tenemos presente que el genocidio, la desaparición forzada y la tortura son Delitos contra la Humanidad, la violación sexual, al ser incluida como delito de tortura puede ser considerada como Delito contra la Humanidad, actualmente ya está reconocido como crimen por el estatuto de Roma.

Ahora bien., intentar que la violación sexual sea juzgada como crímenes de lesa humanidad requiere demostrar que la violencia sexual contra las mujeres tiene un carácter generalizado y sistemático. De esta manera, las responsabilidades alcanzan no solo a los perpetradores directos (agentes estatales; militares, policías, civiles paramilitares o insurgentes), sino también a sus jefes o superiores, requiere demostrar que se siguió un patrón y requiere que las mujeres sean capaces de romper su silencio atreviéndose a denunciar y a sostener la denuncia a lo largo del proceso judicial. Es por esta razón que este crimen no está siendo juzgado ni condenado en tribunales.

El premio nobel de este año pone el acento en este fenómeno premiando a dos personas una mujer víctima y un médico que trabaja en la recuperación de las mujeres. Pero para acabar con esta lacra social, más allá de la violación de sufren las mujeres en contexto de guerra o de catástrofes humanitarias, requiere de políticas que encaren el fenómeno de la violencia contra las mujeres en periodos de estabilidad, abordándolo como una constante social. Las desigualdades género, el acoso y las diversas discriminaciones que sufren las mujeres día a día están en la base que alimenta las diversas violencias que sufren las mujeres en periodos especiales como la guerra o catástrofes.

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