Punto de Fisión

San Mariano Bueno, mártir

Hoy, día de todos los santos, nada mejor que estrenar la mañana con una nueva incorporación al santoral, San Mariano Rajoy, tal y como queda tuneado en la entrada del Diccionario Biográfico por otra santa, Elena San Román, una mujer tan hacendosa que ya tiene encargada otra biografía resumida de San Rodrigo Rato. Santa Elena es una de esas historiadoras que limpian, fijan y dan esplendor, lo que mi amigo, el poeta Jesús Urceloy, denominaría una "historiadora Ariel": el biografiado entra al diccionario blanco y sale blanquísimo. Aplicado a Mariano, el chorro de detergente es tan eficaz, tan reluciente, que da la impresión de que Mariano, más que de Galicia, ha venido de Krypton junto con Superman a pasar unas vacaciones.

La biografía estelar de San Mariano a cinco columnas es una simulación en diferido que se parece al actual presidente de España tanto como el desplegable a todo color de una conejita Playboy a Angela Merkel. En lugar de una biografía se trata de una hagiografía en toda regla, o sea, una vida de santo en la que la historiadora, en un alarde de encaje de bolillos, ha vuelto del revés la labor de aquella buena señora que restauró el Ecce Homo. Básicamente, el método utilizado por Elena San Román en sus pesquisas históricas es la sustracción a dos manos: allí no hay ni rastro de los hilillos del Prestige, ni del rescate a la banca, ni del nuevo millón de parados, ni del Gürtel, ni de los recortes en Sanidad y Educación, ni de los mensajes de amistad y consuelo a Bárcenas. Le llega a quitar un pero más a Mariano y, en vez de una entrada, el diccionario tendría un boquete.

Afortunadamente, a la sagaz historiadora no le falta imaginación y ha rellenado el hueco de desaguisados, catástrofes, ridiculeces, insidias, desastres y mamarrachadas en que consiste la trayectoria política de Mariano con una auténtica epopeya de ciencia-ficción que bascula entre Flash Gordon y los Chiripitiflaúticos, con algún toque de humor marca de la casa: "En lo personal, Mariano Rajoy se ha definido a sí mismo como amante de la lectura y apasionado de los deportes, introvertido y discreto". Y lo dice un hombre que no sabe leer su propia letra, que confesó que su periódico de cabecera es el Marca y cuya pasión por el deporte se limita a un trotecillo a lo Walking Dead por los prados gallegos y a calentar con el culo un palco en el Bernabeu.

Al recordar que el Diccionario Biográfico es una broma macabra que nos ha costado a los españoles siete millones de euros, cabe preguntarse si no habría merecido la pena contar la vida y milagros de Mariano en un volumen de Mortadelo y Filemón. Probablemente no, porque Mortadelo se quedaría sin trabajo y además no íbamos a reírnos tanto. Para la película, en la Academia de la Historia están pensando en darle el papel principal a Daniel Day-Lewis, que ya tiene experiencia haciendo de Lincoln, de boxeador sonado y de pie izquierdo, y que además puede imitar bastante bien acentos raros.

 

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