De cara

El ruido de otra muerte evitable sacude al fútbol

El fútbol, su inconfundible lado de pasión y fiesta, quedó sepultado por una noticia trágica. Llegó procedente de Italia y sonó a sacudida: un hincha del Lazio de 26 años murió abatido por un disparo en el cuello procedente de la pistola de un policía. El suceso tuvo lugar en una gasolinera, donde coincidieron fatalmente, y de forma casual, ultras del Lazio y del Juventus. Al calor de los gritos y la pelea consiguiente, llegaron las fuerzas del orden para poner paz. Pero ocurrió justo lo contrario, que detrás de los gritos y la confusión, asomó una muerte. Las autoridades aseguran que el desenlace fue fortuito, un tiro al aire que fue a impactar de forma accidental contra el aficionado. La versión oficial no convenció a los ‘tiffosi’ del país, que reaccionaron como saben, con más violencia. Las cargas contras las fuerzas de orden público se sucedieron en distintos campos y la sede del Comité Nacional Olímpico Italiano fue asaltada. Tres partidos tuvieron que ser suspendidos: el Inter-Lazio, el Atalanta-Milán y el Roma-Cagliari. Italia, tomada por los vándalos.Cada vez se parece más a Argentina, donde los ultras andan a sus anchas y descontrolados, donde tienen excesivo poder. Y ahora, además, cuentan con una víctima, con un héroe sobre el que justificar sus fechorías. Para evitarlo, la policía debe mantenerse firme y frenar la escalada de disturbios. Pero también tiene que esclarecer lo sucedido. Lo único que faltaba es que los malos encontraran lo que tanto desean: una excusa. No la tienen. Italia tiene que decir basta ya.

Y al fútbol español, mientras, no le vale con compadecerse. Está obligado a tomar nota y no relajarse. Hoy tocaba hablar de Robinho y sus maniobras, que sostienen el liderato del Madrid. También del Atlético y su técnico, de su retorno a la cobardía. Pero el suceso que estremeció Italia, tan dramático como evitable, se llevó todas las palabras.

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