Si ningún imprevisto lo impide, hoy lunes se confirmará que en Andalucía, los socialistas pierden por una decena de puntos frente al Partido Popular de Javier Arenas. Los conservadores están al borde de la mayoría absoluta y ganarían las elecciones autonómicas del 2012. Esta vez, el dato no vendrá de una empresa demoscópica privada, sino del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA).

El Gobierno de José Antonio Griñán y La Moncloa lo saben, pero no por confirmarse lo esperado la derrota será menos dolorosa.

Si la espectacular caída en Catalunya ya ha resultado dura, en Andalucía será sangrante si se cumplen los pronósticos. Además de ser el granero del socialismo en los últimos treinta años, es el único lugar en dónde nunca han dejado de gobernar los de Felipe González, Alfonso Guerra y Manuel Chaves.

Las causas del retroceso son claras. A la contaminación de la Gran Recesión que se lleva por delante todo lo que encuentra, hay que sumar la gestión del Gobierno Zapatero, lenta e inmadura hasta que en mayo pasado Bruselas le puso las pilas. Además, están esas tres décadas de socialismo, ahora víctima del natural desgaste. Se necesitará algo de distancia para poner en valor lo mucho que ha cambiado esa comunidad autónoma. Pero ahora toca travesía del desierto y no será fácil afrontarla con dignidad.

Aunque aún queda tiempo para mitigar el desastre de la derrota e intentar salvar algunos muebles, habrá que ir pensando en como enjugar el sudor frío que invade al personal de izquierdas cuando visualiza a Javier Arenas de presidente de la Junta. Eso sí que es el Antiguo Régimen. Valor.