A Rita.

Telmo no sabía dónde venía. Abrió los ojos al nacer preguntando qué hacía allí, en esa habitación, rodeado de gente; un tipo con patillas y cara de lebrel haciéndole fotos y él de esa guisa....

A las ocho de la mañana sabe que toca aseo, desayuno y baile. Hoy Pink Martini. Suena el disco Sympathique. Él, asomado a mi hombro al tiempo que mantiene  el equilibrio de la cabeza, pasa de poner morro a bostezar. ".....Je ne veut pas dejeuner.....", y casi duerme. Pero los tres seguimos bailando, "Dónde estás, dónde estás Yolanda, qué pasó, qué pasó Yolanda....."

.

.

.

El año que nació Telmo será el año de la despedida del Bulli como restaurante convencional, si es que alguna vez lo fue. Será el año del adiós a Santamaria con una conversación pendiente por medio, el año en el que se dejó de fumar en bares y restaurantes,... Pero si algo me hace tener esperanza en que no somos unos inconscientes trayendo una boca más que alimentar a este "agradable mundo" es que pasará a la historia como el año en el que los tiranos fueron desfilando de sus poltronas, uno a uno, aún a riesgo de equivocar la salida pero al menos recordaremos este tiempo como un soplo de aire fresco..

El año que nació Telmo tendrá 365 días de felicidad, de olores a comida que le traerán recuerdos de su etapa despreocupada, sabores reconocibles, preñados de algo de oficio por parte de su padre y disfrute, al parecer, por la parte de la madre.

.

.

.

A las cinco toca la toma. A las cinco menos cinco levanta el puño derecho, luego el izquierdo, viceversa, y yo veo el vídeo de David de Jorge y creo, tengo el pálpito, de que ha copiado aquello del "¡Viva Rusia!"....

El día que nació Telmo comí un plato de pasta con tomate Helios estilo Mediterráneo, del que se fabrica en el pueblo,  queso rallado al borde de su caducidad, pan descongelado, orégano que trajo la Sagrario de León y una copa de vino tinto de una botella a medias que tenía en el frigorífico. Y ese día me di cuenta que todo comenzaba de nuevo.