Tierra de nadie

La conspiración judeomasónica

Una conjura similar a la de Eurovisión -que si no ganamos desde Salomé es porque franceses y alemanes siempre nos tuvieron tirria- se cierne sobre la banca española, a la que, según todas las crónicas, la UE ha maltratado con sus exigencias de nuevo capital. La resultante de esta auténtica conspiración es que de los 106.000 millones de euros que se estima que necesitarían las mayores entidades de Europa, la cuarta parte correspondería a las españolas, de lo que se deduce que están algo mejor que las griegas. Bravo por ellas.

Aquí sabemos que esto es una injusticia de tomo y lomo porque tenemos datos reiterados de que nuestros sistema financiero es el más solvente del mundo, gracias a lo precavidos que han sido nuestros banqueros y a ese ángel de la guarda que es el Banco de España, siempre ojo avizor aunque nos parezca que Fernández Ordóñez se distrae mucho con la lira el cielo de los supervisores. Nuestros bancos son más altos, más guapos y más rubios que los del resto de Europa, y si no dan créditos ni en defensa propia es porque son tan sólidos que resultaría una contradicción in terminis que además fueran líquidos. El peligro de que finalmente resultaran gaseosos es que ni se plantea.

No deberíamos dejarnos engañar por el hecho de que hayamos tenido que montar un Fondo para salir al rescate de las cajas en el que llevamos apoquinados casi 18.000 millones, o de que sigamos sin saber muy bien cómo va a digerir el sistema financiero los cerca de 400.000 millones de euros de exposición al ladrillo que tienen en sus balances, y que siguen contabilizados a precios de burbuja por si en algún momento los pisos vuelven a subir. La prueba de que hay una mano negra actuando contra ellos en el corazón de Europa es que este riesgo no se medía, sino sólo el de la deuda pública periférica.

Para demostrar que somos más chulos que un ocho, nuestros mastodontes financieros han adelantado que no necesitan pedir dinero a nadie y que podría bastarles con una reordenación de sus balances, lo que demuestra que éste es un país en el que ingeniería está muy desarrollada, sobre todo la contable.

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