La preguntadora

¿VOGUE PEDERASTA?

Vogue Francia está de enhorabuena, aunque sea envuelta en polémica y con lacito de posible protesta del defensor del pueblo. Su último número está arrasando gracias a un editorial de moda de niñas de cinco y siete años posando en una cama, en un diván y en un espejo, en actitud sensual y adulta, muy maquilladas y vestidas con tacones, alta costura y joyería sofisticada. La oleada de críticas ha sido tan enorme que podría parecer un tsunami si no fuera porque, como es sabido en el mundo editorial y en Vogue más porque son de élite, estas catástrofes nunca se llevan a una publicación por delante. Provocar es parte del juego y los límites se vuelven invisibles, cuando se mezclan con  la libertad de expresión con presunciones artística. El arte, la publicidad y los medios parecen tener carta blanca para venderse más que nadie. Hace tiempo que se utilizan imágenes de anoréxicas, enfermos de sida, amputados y un largo etc. La imagen manda, hasta en los informativos, porque vale mucho más que las palabras en la carrera por captar la atención y las audiencias, aunque sea apelando a los instintos y eclipsando a la razón. En ocasiones, el fin justifica los medios. En otras, como en ésta –vender más ejemplares-, no. Así que, por favor, que alguien amoneste a Vogue –la Bibliafashion- por pasarse tanto ofreciendo a los pederastas de medio mundo posters que comprar en kioscos. Porque, aunque no estoy de acuerdo con el dicho machista que justifica las agresiones sexuales a menores ("la culpa es de los padres que las visten como putas"), me parece que en este caso sí que es aplicable ¿no?

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