Fuego amigo

El Destino domina la tragedia

En la tragedia griega clásica, el Destino suele jugar un papel protagonista en la trama, en la que los personajes son víctimas de un determinismo al que no pueden escapar. Hay otra tragedia griega moderna, donde todo un país está a punto de la bancarrota, y los dioses del mercado se muestran con toda su crueldad.

Lo nuestro también tiene mucho de tragedia griega, no tanto por el monto del déficit público sino porque todos los actores políticos y sociales se comportan como movidos por un Destino que gobierna sus actos.

En este escenario, los sindicatos convocan una huelga general ¡para dentro de tres meses! que tiene todo el aspecto de un pagaré: páguese al gobierno esta patada general en el culo el día 29 de septiembre. Pero una convocatoria a tan largo plazo tiene una lectura doble. Que los sindicatos mayoritarios han aprendido la lección de la chapuza de la reciente y precipitada huelga de funcionarios, y que, por consiguiente, hay que planificar mejor una medida de fuerza de tanto calibre. Y que, además, confían en que el Destino tenga tiempo de intervenir a su favor en el largo plazo de tres meses de representación de la tragedia.

Avisa Fernández Toxo, de Comisiones Obreras, que "la huelga no está pensada para cambiar la situación política del país". Como avisando de que la tragedia de verdad es que acabe gobernando Rajoy por su culpa, pero que es el Destino, y no él, quien dicta sus actos. Él no quería.

Para abundar en la tragicomedia, el Gobierno presentaba su reforma ayer, confiando en el efecto balsámico de un buen resultado en el partido España-Suiza. Pero el Destino, como bien se malicia Toxo, es un cabrón que no tiene piedad ni de los héroes.

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