Fuego amigo

Amores muy preservativos

Le faltó el canto de un duro para ser Papa, según los vaticanistas, pero el Espíritu Santo se echó para atrás en el último momento, pues pasar de la noche a la mañana de un ultraconservador como Juan Pablo II a un aperturista era algo para lo que no estaba preparado ni dios. Hablo del cardenal papable Carlo Maria Martini, ex obispo de Milán, hoy retirado en Jerusalén, de gran autoridad moral dentro de la Iglesia.

Quizá por su cercanía a los pobres, por vivir a caballo entre dos continentes deprimidos y azotados por el sida, como Asia y África, ha llegado a la conclusión de que el preservativo es moralmente un «mal menor» y podría utilizarse «en algunas ocasiones», como cuando uno de los cónyuges padece la enfermedad de transmisión sexual. El Vaticano, extrañamente, no le ha desautorizado.
¿Quiere esto decir que está el Papa a punto de hacer un anuncio revolucionario?

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