Fuego amigo

Se hacen las dos con sangre, se repiten

Los que queráis leer historia escrita por historiadores, y no el tebeo de los pseudo historiadores que rescriben la historia por encargo, que lo mismo aseguran que el holocausto judío no existió, que los nazis eran una pandilla de domingueros alpinistas, o que la guerra civil española la provocó el gobierno constitucional republicano, a todos los que no soportáis que se enseñe en la escuela ese "nuevo creacionismo" histórico, os recomiendo volver a las lecturas de Gabriel Jackson, Raimond Carr, Paul Preston, Manuel Tuñón de Lara... Parecen crónicas de hoy en lugar de sucesos históricos acaecidos hace 75 años.
Por ejemplo, corría el año 1931, y al presidente de la República, Manuel Azaña, un intelectual y periodista de izquierda moderada metido a político, la derecha reaccionaria (hay otra derecha, os lo juro, democrática, educada, yo la conozco. ¿Por qué se esconde?) hacía mofa de él, con las caricaturas más descarnadas y unas coplillas muy celebradas por los borrachos. Para la perspectiva de un palmo de narices, más o menos, de las fuerzas políticas ultraconservadoras, Azaña era lo más parecido a un bobo solemne. Y como, al parecer, a todos los "bobos" se les ocurre lo mismo, también él quiso resolver de una vez por todas el viejo litigio de la autonomía de Cataluña. Y ahora, vayamos a la historia según Gabriel Jackson, en su imprescindible "La República española y la Guerra Civil". Os extraigo algunos párrafos.
"Los intelectuales castellanos Unamuno y Ortega y Gasset se sintieron muy preocupados por las cláusulas relativas a las escuelas y el idioma, aunque Ortega y Gasset votó finalmente por el Estatuto cuando fue revisado por las Cortes. (...) El doctor Marañón y Miguel Maura reconocieron los peligros del proyecto tal como había sido originalmente presentado, pero insistieron en que si las Cortes negaban la autonomía a Cataluña, que era la región económicamente más adelantada de España, inevitablemente aquella se tornaría desafecta a la República. (...) Manuel Azaña arriesgó la vida de su Gobierno y su prestigio personal con la aprobación del Estatuto".
Ejercicio de agudeza visual:¿notáis algo raro? Cierto, no había nadie del PP.
Y como hoy va de citas, y como veo que la poesía puede ser un punto de encuentro en esta España que no se sosiega ni en Navidad, os dejo el colofón, escrito por otro de mis poetas favoritos (tengo tantos que os voy a aburrir). El poeta es Ángel González, y el poema "Glosas a Heráclito, dice así:
Nadie se baña dos veces en el mismo río,

Excepto los muy pobres.
...Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra.
Se hacen las dos con sangre, se repiten.
Olvidaba deciros que Jackson escribía, un poco más adelante: "La elaboración del Estatuto fue interrumpida por la primera sublevación militar contra la República". El golpista no era otro que el general Sanjurjo, el mismo que años después habría de sumarse al golpe militar definitivo con uno de los más aplicados defensores de los crímenes contra la humanidad, el general Franco.

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