Fuego amigo

Todos se alegran por lo de Rosa. Ella, inexplicablemente, también

Consumatum est. Llevamos todo el día de ayer hablando de Rosa Díaz, y todos coincidimos, creo, en que es un símbolo. Un símbolo de la traición y de la falta de ética política para unos, y un símbolo de coherencia vital para otros.

Y siguiendo con los latinajos (me encantan) nuevamente surge la eterna pregunta: Cui prodest? ¿A quién beneficia? Creo que de los análisis recogidos ayer, a la única que no aprovecha es a la propia Rosa Díez, pues un partido político improvisado a siete meses de las elecciones tiene todas las papeletas para el fracaso. A lo que hay que añadir que su valor como contertulia en la armada mediática ultra conservadora (COPE, Telemadrid) ha quedado muy devaluado, pues desde hoy ya no puede cumplir con ese papel de militante del PSOE al que se lleva, como un florón, a las tertulias para presumir de pluralismo informativo.

Curiosamente, su golpe mediático ha aprovechado a los dos partidos de los que pretende (sin conseguirlo, pues el electorado a estas alturas de la democracia tiene más conchas que un galápago) ser equidistante, el PP y el PSOE.

Al PP le vino a ver dios con su muerte política, de la que han pretendido sacar tajada, casi tanta como con la muerte de Paco Umbral al que habían elevado a la categoría de escritor del régimen aznarista y de su representante en la Tierra Pedro Jota (Pedro Cinco Jotas, ya le llaman, por su carácter ibérico). Si Umbral viese la pandilla que acudió a llorarle en sus exequias se volvía a morir. El caso es que Rajoy aprovechó la dimisión de Rosa Díez, cómo no, para constatar que el partido socialista de Zapatero hace aguas por todas partes, por lo que el presidente debería estar dimitiendo ya, etcétera, etcétera. Lo cual no deja de ser cómico, viendo cómo está el patio de su casa.

El PSOE, por su parte, se quita al fin del zapato de Zapatero esa piedrecita que le estaba horadando el talón y que nadie se atrevía a eliminar. Puente de plata.

Curiosamente, en Ferraz y Génova 13 han descorchado ayer el champán al unísono, aunque por diferentes razones. Rosa Díez, por su parte, creo que también. Alguien debería haberle avisado de que no era este el momento.
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Nuestro contertulio J. Ruiz Maestro Español de Fontanería y Patrón de Pesca, navegante de mares lejanos, me remite a una página en inglés en la que me insta a una unión de blogueros de todo el mundo para un día determinado, en defensa del medio ambiente, o algo así. Y digo algo así porque el inglés es un idioma que por desgracia me domina a mí, pero no yo a él. El caso es que J. Ruiz me ofrece la posibilidad de acudir, para salir del paso, a un traductor automático. Y me advierte: "La pagina esta escrita en USA. Para leerla sin conocer ese idioma, como es mi caso. Uno busca en google "herramientas de idioma" y manda a traducir. Sale el escrito como si hablara Tarzan pero se entiende". Antes de encargar a mi traductor automático el trabajo quise ponerlo a prueba, y le pedí que me tradujese el comienzo del Quijote. A continuación le mandé hacer la traducción inversa de lo que había traducido, para chequear. Y así varios pases sucesivos. Este es el resultado (os lo juro por Arturo):

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

In a place of Mancha, of whose name I do not want to decide to me, there is not long time that lived hidalgo on those of lance in shipyard, running old shield, rocín skinny and galgo.

En un lugar de Mancha, que de nombre no deseo decidir a mí, no hay el tiempo largo que vivió hidalgo en los de la lanza en astillero, viejo blindaje que se ejecutaba, el rocín flaco y el galgo.

In a place of Spot, which of name desire not to decide me, is no the long time that lived hidalgo in on the lance in shipyard, old shield that was executed, rocín skinny and galgo.

En un lugar del punto, que del deseo conocido de no decidirme, es ningún el tiempo largo que vivió hidalgo adentro en la lanza en astillero, viejo blindaje que fue ejecutado, rocín flaco y galgo.

El traductor y yo estamos confusos. Porque ahora ya no juno si la bentraca es galopina o si los gentisoles herudan la solva por las mañanas cuando el canitrote cenzurra en el viejo opensal. Y eso me toca los condilones del pirueno. Y mucho, aunque no os lo creáis.

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