Traducción inversa

UPyD, la realidad y el pronóstico

Las encuestas a propósito de las inminentes elecciones europeas se ponen de acuerdo en dos puntos: la posibilidad real de que el PP resulte ganador y la consolidación de ese peculiar proyecto político llamado Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Parémonos un momento a pensar en este segundo asunto. Creo que aún no hemos digerido bien la presencia de esta formación, capitaneada por Rosa Díez, en el ámbito parlamentario. En otro contexto diferente, cualquier partido que llevara ese nombre (el compendio de todas las bondades posibles de lo políticamente correcto), hubiera sido ignorado por el elector. En la hora actual, sin embargo, los de Díez han contado con la ayuda inestimable de esa prensa que todos los días titula a cuatro columnas la muerte de la Madre España a manos de los pérfidos "nacionalistas". Porque no se trata del "progreso" ni de la "democracia", claro. Se trata, sobre todo, de la "unión".

  Algo habrán hecho mal, supongo, los nacionalismos periféricos, para haber provocado ese rechazo. Sería de tontos, sin embargo, no ver que estos posibles errores se han magnificado y se han convertido en crímenes de lesa patria por parte de todos aquellos que vivieron el franquismo con una "extraordinaria placidez" (por usar una expresión de Mayor Oreja). La propaganda interesada ha engordado a UPyD. En cualquier otro país, los de Rosa Díez no pasarían de ser a la política lo que el Bombero Torero es a la tauromaquia: una gilipollez excéntrica. En España, sin embargo, donde aún tenemos pendiente una Transición en clave federalista y multilingüe, estos tipos pueden pasar por héroes. Los más valorados: ¡toma ya!

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