Voces de la precariedad

No nos resignamos a una vida precaria

José Coy

Exafectado por la hipoteca y coportavoz de No+Precariedad

Hace un mes, el día antes de la manifestación del 27 de mayo, tuvimos asamblea de No+Precariedad en Rivas, durante la penúltima etapa de las Marchas contra la Precariedad que habíamos organizado por el sur y el este de la Comunidad de Madrid.

Recuerdo perfectamente una imagen de ese día, el gesto de una compañera y un compañero que se abrazaron un instante, desconocidos hasta hace unos meses, pero que ahora se sonreían y compartían las esperanzas puestas en esta iniciativa que estábamos poniendo en pie.

Había pasado un día de la presentación de la moción de censura de Pedro Sánchez, y entonces pensé que si por fin el Gobierno de Rajoy caía, nada mejor que ese abrazo representaba la fuerza de la lucha en las calles y lo que se puede conseguir a través de ella. La mujer del gesto era una compañera de la Plataforma Estatal de Eventuales de Correos, y ejemplariza la precariedad derivada de la privatización de este sector, que se ceba especialmente en las mujeres mayores de 45 años. Él es un compañero de la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones, de la generación que ha tenido que sostener a familias enteras durante la crisis, los que han sufrido abusos de los bancos con las preferentes, los que ya lucharon hace 40 años por cambiar las cosas y que de nuevo han dicho basta cuando se les negaba una jubilación digna. Mujeres y pensionistas, muchas mujeres pensionistas también, el órdago a grande que ha costado un gobierno de corruptos y saqueadores, porque ellos y ellas llevan meses haciendo esa moción en las calles.

Lamentablemente no tengo aquel abrazo guardado en una fotografía, pero tengo muchos otros, cientos de abrazos, los de las kellys con las compañeras de Coca Cola en Lucha, los Riders de Deliveroo con los estibadores y las aparadoras de Elche, la gente de la PAH con los estudiantes, las miradas cómplices de las profesionales del servicio de ayuda a domicilio y los taxistas. Los vigilantes de seguridad en lucha con las trabajadoras y trabajadores de Amazon, Marea K luchando codo a codo con los investigadores y las investigadoras o con los bomberos. Trabajadores de sectores y empresas privatizadas como AENA, profesores y profesoras, o la gente de la Marea Blanca y los sectores sanitarios, todos los profesionales que están sacando adelante los servicios públicos, la educación y la sanidad pese a los recortes.

No nos resignamos a una vida precaria
Manifestación 27 de Mayo contra la Precariedad.

Tantas y tantos trabajadores precarios, y quienes sufren la precariedad en cualquier esfera de su vida, más allá de lo laboral, por ejemplo en la vivienda y en los suministros básicos, o a quien se niega una educación o una sanidad pública, gratuita y de calidad. Quienes no pueden acceder a la cultura, al deporte o al ocio, los que sufren el aislamiento en zonas rurales o la falta de infraestructuras y servicios públicos. Las personas con diversidad funcional, invisibilizadas y precarizadas. Y las mujeres, sobre todo las mujeres, que sufren la precariedad en lo profesional y lo personal.

Así nació No+Precariedad, el pasado 13 de enero, con la idea de un abrazo y una lucha conjunta contra el modelo de vida que se ha normalizado como producto de la crisis financiera, impuesto por las élites políticas y económicas que han saqueado y recortado derechos y conquistas, que han sembrado la desigualdad a costa de corrupción y puertas giratorias, imponiendo para la mayoría de la gente la precariedad en todas las edades y ámbitos de la vida.

Llevamos seis meses dando forma a este espacio por todo el Estado, un espacio de solidaridad, donde la lucha de un colectivo o de una persona es la de todas y todos. Los movimientos feministas y de pensionistas han sido fundamentales para echar al PP del Gobierno y exigir nuestro derecho a una vida digna. Ahora, más que nunca, es nuestra oportunidad de revertir y recuperar todo lo que nos han robado, nuestros derechos y defender nuestros intereses. El nuevo gobierno socialista sigue teniendo en la espalda la presión de las élites, así que enfrente debe tener una olla en las plazas, la presión de todas y todos los que no nos resignamos a llevar una vida de precariedad, en la senda que ya han marcado los pensionistas y el 8M. Porque sin la movilización social, ningún cambio político en las instituciones es posible. La democracia empieza en las calles. Que se lo anote Pedro Sánchez, porque seguimos.

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