23/04/2012

¿Se imaginan ustedes que en España la extrema derecha tuviera el 20% de los votos? ¿O los tiene y está escondida en el PP? Sería terrible que el 50% de los votos del PP fuese de la extrema derecha, aun tamizada y suavizada por el partido. A lo mejor es que en efecto España es distinta y más avanzada que Francia y esa actitud política y social no existe. No se rían, por favor.
Tengo escasos, por no decir nulos, conocimientos de política internacional, pero parece que hoy es obligado hablar de las elecciones francesas por su repercusión en Europa y también en España, como acicate de nuevas opciones. Dicen que en la preceptiva segunda vuelta ganará el candidato socialista. Pues se argumenta que las formaciones políticas excluidas en la primera vuelta no apoyarán al cien por cien a los ideológicamente más próximos. Vaya usted a saber, puesto que los mandos podrán dar consejos, pero no órdenes.
En cualquier caso, lo que golpea llamativamente a la democracia es ese quitarse la careta de los franceses y conceder su voto a una opción política tan regresiva, por mucho que la señora Le Pen haya moderado su mensaje. Lo cierto es que triunfa la extrema derecha frente a la extrema izquierda, importante cuestión a meditar en su traslación a España, con las disputas, descalificaciones, insultos y faltas de concordia entre las fuerzas de izquierda.
Que políticamente gane la extrema derecha es peligroso, y encima viene avalado por el aumento de crédito que goza en varios países europeos, entre ellos Holanda, en donde acaba de negar su apoyo al Gobierno, con la consiguiente disolución.
En cierto sentido sería de agradecer al PP que haya acogido en sus filas a esas tendencias políticas, desactivando que tengan autonomía e independencia consistentes en el panorama español. Aunque el PP se defina con ello, y que, paradójicamente, es lo que le da su victoria y su mayoría absoluta. Porque no hacen falta distintivos visibles ni nombres consagrados; la extrema derecha y la derecha, y hasta la parte de centro que tangan, se han confabulado. Todos podemos citar cuatro o cinco nombres del PP que representarían fielmente a la ultraderecha. Las elecciones francesas han servido para descubrirlo. Porque no es posible que la derecha más dura no exista en España, incluso más bestia que la francesa.
Claro que los puros, los purísimos, dirán que todos, menos ellos, son derecha, PSOE incluido. Cosas del desbarre.
¿No encontrará el PSOE un Hollande? ¿Es Cayo Lara Mélenchon?

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GOTAS DE IRA:

1. En un alarde ignorancia y de la más absoluta irracionalidad, el cardenal Rouco propone la caridad para salir de la crisis. Es lo más ofensivo que se ha dicho en los últimos tiempos. Podemos darnos limosna unos a otros. Porque los ricos no dan limosna, al contrario, te chupan la sangre. ¿Pero por qué hay que aguantar a este señor?
2. ¿Será posible que no haya en España un solo político válido? ¿No eran mejores los políticos del principio de la Transición? ¿Quiénes son peores: los políticos, los periodistas o los ciudadanos?
3. Si, como dice el premio Nobel de Economía Paul Krugman, la economía española no tiene arreglo, ¿qué hacemos? ¿Era tal la mentira de la bonanza en la que vivíamos? ¿Será posible que no se vislumbre ni el menor signo de recuperación?
4. ¿La recesión es como cuando te dicen que tienes neumonía?
5. Este blog empieza a parecer un grafiti de descontentos.
6. Me voy a comprar un televisor que no sea capaz de sintonizar TVE.
7. Dios eran las monjitas: "Se la ha llevado Dios", decían algunas monjitas robareciennacidos para venderlos o regalarlos.
8. ¿Es posible que gracias a Esperanza Aguirre los médicos de Madrid, como ellos mismos denuncian en una carta, trabajan más horas y cobran un 25% menos?
9. ¿Serán correctos los correos del exsocio de Urdangarin que salpican al Rey?