Balagán

Siria y el legado de los neocón

Dicen que la historia nunca se repite, que son los historiadores los que se repiten. Ojalá sea cierto, pero viendo los sucesos en Siria y la actitud que han adoptado los Estados Unidos, uno se pregunta si no estamos ante un déjà vu similar a la invasión "aliada" de Iraq que tantos males ha traído a ese país en nombre de la "democracia", por no mencionar el caso de Afganistán.

En Iraq fueron los voraces y ambicioos neoconservadores, unos políticos idealistas de salón y sin los pies en la tierra, los que trajeron la tragedia. Es difícil evaluar en su conjunto, y aun más en sus detalles, el enorme daño que causaron y causan aquellos visionarios que acabaron con la dictadura de Saddam Hussein.

Muchos años después de abierta la caja de Pandora, Iraq sigue tomado por el caos y por las fuerzas del mal, un concepto irónicamente tan querido para los neoconservadores, con millones de refugiados y desplazados y centenares de miles de civiles muertos.

Pero es chocante y triste ver que la administración Obama no ha aprendido la lección. Washington sigue empecinado en acabar con el régimen del presidente Bashar al Asad al coste que sea y por lo que se está viendo no ha ideado ningún plan B para el caso de que se desmorone el régimen y entren en acción las auténticas fuerzas del mal.

La administración Obama está tropezando en la misma piedra que lo hizo la administración de Bush hijo. Bush padre, más listo y pragmático, consiguió, mediante el uso simultáneo de la fuerza y la diplomacia, incorporar a Siria a la coalición aliada de la primera guerra del golfo contra Iraq. A cambio, el lúcido Bush padre inició en 1991 un prometedor proceso de paz que luego sus sucesores, entregados en cuerpo y alma a Israel, no supieron culminar.

Es lamentable que Obama no haya reanudado el camino de Bush padre y haya preferido continuar por la senda de los dañinos y visionarios neoconservadores.

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