Balagán

El futuro de Egipto

Una parte de los jóvenes que llevaron a cabo la Revolución del 25 de enero vuelven periódicamente a la plaza Tahrir de El Cairo para recordar al Ejército que sus demandas todavía no se han cumplido. El sábado, esos jóvenes chocaron con otros jóvenes lealistas, con policías de uniforme y con otros individuos vestidos de civil. Los manifestantes se dirigían a la sede del ministerio de Defensa y los lealistas se lo impidieron arrojándoles piedras. Además, el Ejército desplegó alambradas de espino y disparó fuego real al aire para detener a los manifestantes.

Muchos jóvenes liberales creen que transcurridos seis meses desde el inicio de la Revolución, el Ejército no ha cumplido sus promesas, especialmente con la tocante a llevar a Hosni Mubarak y a sus hombres fuertes ante los tribunales.

El general Tantawi, jefe del Consejo Supremo, pide calma e insiste en que su objetivo es convocar elecciones cuanto antes, pero lo cierto es que la fecha que se había barajado hasta ahora para los comicios, el mes de septiembre, ya se ha descartado, y de momento no se ha anunciado ninguna otra.

El pequeño idilio que surgió tras la Revolución entre los jóvenes liberales y el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas atraviesa por una crisis de falta de confianza, y el Consejo Supremo ha acusado a los jóvenes de interponerse entre los militares y el pueblo.

Es un síntoma grave que en las últimas 48 horas se hayan producido incidentes violentos similares en otras ciudades, como Alejandría y Suez. El diario Al-Hayat decía ayer que existe, además, una gran tensión entre los jóvenes liberales y jóvenes islamistas, y sugería que esta tensión puede traducirse en violencia en las calles a menos que se evite de alguna manera.

En resumen, seis meses después del inicio de la Revolución el futuro se presenta muy incierto, y se corre el riesgo de que se produzca una escalada en el nivel de violencia que se da en las calles del país que no se sabe adonde podría conducir.

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