Balagán

Alon Bar

El nuevo embajador de Israel en España, Alon Bar, tiene 54 años, dos hijos y una hija, y entre el 94 y el 98 ya estuvo destinado en la representación de su país en Madrid. Por la razón que sea, los embajadores de Israel en España son personajes públicos. Quizá no deberían serlo, pero lo son.

Bar nació en el kibbutz Sasa de la Galilea y vivió allí hasta el servicio militar. Desde su regreso de España, ha desempeñado varios cargos en el ministerio de Exteriores, siendo el más destacado el de jefe de gabinete de Tzipì Livni, cuando la que ahora es jefa de la oposición con Kadima fue ministra de Exteriores.

El nuevo embajador, que sólo ha estado destinado con anterioridad en Guatemala y Madrid, no quiere comentar la acusación acerca del supuesto "antisemitismo" endémico de España que ha hecho su antecesor. Bar indica que en la prensa española hay mucha crítica de Israel, pero dioe que también la hay en la prensa israelí.

Charlando con él se tiene la impresión de que está interesado en hablar de todos los temas posibles menos del conflicto con los palestinos. Este asunto prefiere orillarlo, aparentemente siguiendo las directrices del ministerio. Su titular, Avigdor Lieberman, es uno de los políticos más radicales e inflamables del gobierno. Así que Bar, como el resto de sus colegas, prefiere tocar lo menos posible la cuestión de la ocupación, que precisamente es la más candente.

La ocupación condiciona todo en Israel, y también las relaciones del Estado judío con el resto del mundo. Es urgente hablar de ella en los foros internacionales y superarla de una manera viable y digna para Israel y los palestinos. Pero justamente Israel no está interesada en abandonar los territorios ocupados y sigue construyendo a destajo en las colonias.

Alon Bar destaca que su país está a punto de firmar un acuerdo de cooperación cinematográfica con España, que quiere impulsar visitas de jóvenes de los dos países, que la llamada primavera árabe interesa a los dos países (sin mencionar tampoco aquí el tema palestino), y se queja de que en España hay muy poca presencia cultural y artística de Israel.

Las relaciones bilaterales tienen "mucho potencial" en tres vertientes, dice Bar: a) la discusión política sobre la región, es decir la primavera árabe, b) temas culturales y artísticos y c) temas económicos. Además, aspira a potenciar las relaciones con las autonomías.

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