Balagán

Los muchachos de las colinas (2)

Ayer los jóvenes colonos de Cisjordania prendieron fuego a otra mezquita, la segunda en dos días, de manera que ya son ocho las mezquitas incendiadas por los colonos en los últimos dos años.

El presidente Shimon Peres ha pedido a los líderes de los colonos que no echen "más gasolina al fuego". El establishment israelí cree que las ocupación puede seguir creciendo a buen ritmo sin necesidad de hacer demasiado ruido, especialmente ahora que el presidente Mahmud Abás mantiene Cisjordania como una balsa de aceite, es decir sin protestar por la ocupación.

Sin embargo, los muchachos de las colinas parecen dispuestos a continuar por el camino que se han marcado: introducir más violencia para que el Estado reconozca y autorice pronto las colonias salvajes que han levantado en Cisjordania, donde viven miles de colonos jóvenes sin permiso del gobierno, aunque es cierto que el gobierno prefiere mirar hacia otro lado, tal como hace también la comunidad internacional.

El 91 por ciento de los expedientes que la policía israelí ha abierto contra militantes de la extrema derecha desde 2005 se han cerrado sin ninguna consecuencia. Y esto no quiere decir que el nueve por ciento restante haya terminado en los tribunales. La impunidad es enorme y los muchachos de las colinas lo saben, de ahí que no tengan miedo a la violencia. Simplemente saben que no serán castigados.

En la eventualidad, bastante rara, de que un joven derechista sea detenido sabe que tendrá abogados gratis, así como ayuda económica, y que se le adiestrará para que se comporte de manera adecuada ante los agentes del Shin Bet que lo interroguen. Entre las recomendaciones que se les hace, según ha publicado la prensa hebrea, es que eviten el contacto visual directo con los policías que les interrogan y que no contesten a ninguna de sus preguntas.

Sea con la política del gobierno o con la de los muchachos de las colinas, la ocupación se va consolidando día a día.

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