Balagán

¿Cambios en Siria?

La llegada a Siria de observadores de la Liga Árabe puede suscitar cambios en ese país. Es obvio que tanto la Liga Árabe, que se guía en esta cuestión por Arabia Saudí, como Occidente, desean acabar con el régimen de Bashar al Asad tan pronto como sea posible, y cueste lo que cueste, sin atender a la posibilidad evidente de que en Siria acabe imponiéndose, en el mejor de los casos, una democracia-basura similar a la de Irak, o estalle otra guerra civil.

Es realmente sorprendente que más de nueve meses después del inicio de las protestas, y con más de seis mil muertos, el régimen se smantenga. De todas maneras, parece que la situación se está tornando crítica e insostenible, y no debe extrañar que la prensa hebrea especule con un rápido final del régimen.

Hace cosa de un mes el Yediot Ahronot daba por hecho que Asad se marcharía pronto a Rusia. Y ayer el Maariv volvía a apuntar en la misma dirección. Según Maariv, el vicepresidente sirio, Faruq al Sharas viajó en secreto a Moscú el 16 de diciembre para tratar del futuro de Siria. Los rusos le dijeron que la mejor opción es conceder asilo político a Asad y a su familia en Moscú y que el propio Sharaa se haga cargo de la transición hasta la celebración de unas elecciones.

El veterano Sharaa, de 73 años, ha sido ministro de Exteriores durante más de veinte años y es un político 'neutro' que bien podría guiar la transición, según sugiere el rotativo de Tel Aviv. La idea habría partido de la propia Rusia, aliada de Siria, y, según el diario, contaría con el visto bueno de Washington.

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