Balagán

Palizas brutales

Esta semana han trascendido las agresiones físicas que han sufrido miembros de la diminuta comunidad chií en la franja de Gaza. Hamas, que manda en Gaza, no tolera que algunos sunníes abracen el chiismo, algo que está ocurriendo de una manera alarmante para los sunníes desde hace algunos años en la zona.

Se estima que cientos de sunníes de Gaza han dejado de serlo para convertirse en chiíes. Los sunníes, o muchos sunníes para ser exactos, sienten una profunda aversión hacia los chiíes. Este sentimiento es muy común, especialmente en la península arábiga, aunque también está extendido por otras partes, y de una manera particular por las zonas donde las dos confesiones están en contacto, como puede ser el caso de Iraq.

La policía de Hamas en Gaza ha detenido a decenas de chiíes en los últimos días y les ha propinado brutales palizas que en algunos casos han terminado con fracturas de brazos y piernas.

El auge de la chía en Gaza se debe en gran parte, y aunque pueda parecer paradójico, al apoyo financiero y político que Irán proporciona a Hamas. Sin embargo, ese apoyo es insuficiente para acabar con la violencia oficial contra la comunidad chií. Habría que saber con certeza si la violencia contra los chiíes se impulsa desde ciertos países sunníes de la península arábiga, países que también contribuyen generosamente a Hamas, y donde existe un arraigado odio contra los chiíes.

Más Noticias