Balagán

Jerusalén

La política de la UE con respecto a los palestinos es vergonzosa. Es cierto, sin embargo, que cada año por estas fechas los cónsules europeos acreditados en Jerusalén oriental y en Ramala elevan a Bruselas un informe sobre la situación en el sector ocupado de Jerusalén. Son informes que cambian poco de un año a otro y que se estudian en Bruselas y se aprueban, aunque luego no sirvan para nada, puesto que no se aplican o se aplican mal.

Hay que dejar claro que los cónsules cumplen su trabajo. Desde abajo, desde el terreno, informan puntualmente a sus gobierno de todo lo que ocurre. Desgraciadamente, los jefes de Estado y de Gobierno no les hacen ningún caso.

En el informe correspondiente a 2011, que esta semana han enviado a Bruselas, los cónsules denuncian el deterioro de la situación en Jerusalén y sugieren la aplicación inmediata de una serie de recomendaciones que consideran "cada vez más urgentes".

Entre las recomendaciones, figuran las de establecer un punto focal de la OLP en Jerusalén; evitar que la seguridad israelí acompañe a los altos cargos europeos cuando éstos visiten el sector ocupado de la ciudad santa; evitar las transacciones financieras de la UE que beneficien a las colonias israelíes; evitar la importación de productos que se originan en los territorios ocupados y cuya procedencia Israel trata de ocultar; hospedar eventos de la sociedad palestina en los consulados europeos mientras Israel no permita que se realicen en Jerusalén Este; o compartir información sobre los colonos israelíes violentos para determinar si se les permite entrar o no en los países de la UE.

Desgraciadamente es fácil pronosticar que los líderes europeos volverán a pasar por alto el Informe Jerusalén.

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