Balagán

Sin escapatoria

La ministra israelí Tzipi Livni recuerda una conversación que mantuvo con Ariel Sharon poco antes de que el 4 de enero de 2006 éste sufriera el derrame cerebral que lo dejó en estado vegetativo.

Era una conversación acerca de las negociaciones de paz y Sharon la terminó de una manera tajante diciendo en hebreo "En manos", que significa "No hay escapatoria".

El terrible Ariel Sharon había llegado a esta conclusión en los últimos años de su agitada vida. De hecho, solo unos meses antes, en el verano de 2005, había llevado a cabo la traumática evacuación de los asentamientos judíos de la franja de Gaza.

Es la misma conclusión a la que una década antes había llegado el primer ministro Yitzhak Rabin, y por esta razón fue asesinado en Tel Aviv.

El corolario que se sigue es que tanto Rabin como Sharon habían comprendido que la ocupación iba contra los intereses de Israel, y no había alternativa, de ahí que pensaran en acabar con ella.

Sin embargo, el actual primer ministro Binyamin Netanyahu es de otra opinión. Cree que la ocupación puede continuar y que Israel y los colonos judíos deben mantener las colonias en los territorios ocupados, incluida Jerusalén.

En consecuencia, Netanyahu ha impulsado con fuerza la construcción de millares de viviendas en la Cisjordania ocupada y ha puesto palos en las ruedas del proceso de paz, un proceso que en realidad no existe puesto que Netanyahu y sus asociados impiden cualquier avance.

La impresión que se saca de lo que ocurre desde el verano pasado es que Estados Unidos es de la misma opinión que Rabin y Sharon, aunque la administración americana poco hace para obligar a Netanyahu a avanzar.

Y puesto que desde arriba no se hace prácticamente nada, son importantes las acciones que se hacen desde abajo.

Un fondo de pensiones holandés acaba de anunciar el boicot a los cinco principales bancos israelíes a causa de sus actividades ilegales en los territorios ocupados, y un exjefe del Shin Bet, Carmi Gilon, ha tenido que salir a toda prisa de Dinamarca para eludir la denuncia de grupo local de derechos humanos.

Solamente acciones como estas conducirán a los actuales responsables israelíes a comprender que, como decía Sharon, "no hay escapatoria".

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