Balagán

Egipto en Libia

Hace menos de tres años y medio que murió Muammar Gaddafi y en la actualidad el territorio libio, en su inmensa mayoría desierto, está dividido en cinco sectores o compartimentos que controlan el gobierno reconocido internacionalmente y otras cuatro milicias. Algunas de estas milicias son en realidad coaliciones de varias milicias. Además hay ciudades que están en poder de otras milicias, incluidas las del Estado Islámico y diversos grupos yihadistas.

Ni la mente más pródiga podía haber imaginado una situación como la actual cuando estallaron las "primaveras árabes".

En este contexto, el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, ha pedido una intervención internacional contundente en Libia después de la decapitación de 21 egipcios de religión cristiana copta por parte del Estado Islámico.

Las milicias ya han expulsado de Trípoli al gobierno reconocido internacionalmente, y Sisi también quiere que la comunidad internacional provea de armas a este gobierno que ni siquiera controla la mitad del país.

La intervención militar de Egipto en la madrugada del lunes ha suscitado una euforia a la que no se han podido sustraer los medios de comunicación de ese país. Por lo demás, el gobierno de Sisi acaba de firmar el contrato de adquisición de 24 cazas franceses.

Es en este contexto cuando Sisi ha pedido una resolución de las Naciones Unidas que apruebe el establecimiento de una coalición militar para Libia.

Los monstruos que se han creado en varios países de la región en los últimos años hace tiempo que llegaron a Libia. De momento, Sisi no acaba de decidirse a enviar tropas terrestres por su cuenta pero es muy probable que no haya descartado completamente esta opción.

Egipto, que atraviesa por una complicada situación política interna, cuenta con el apoyo de Occidente, como lo demuestra la multimillonaria venta de armas francesas, y es posible que la inestabilidad libia sirva a Sisi para distraer a los egipcios de los problemas interiores.

En cualquier caso la situación de Sisi es compleja y la inestabilidad reinante en la península del Sinaí, a Oriente, y en Libia, a Occidente, puede representarle un serio desgaste a medio plazo, de ahí el llamamiento a la intervención militar de Occidente.

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