Balagán

Los palestinos en las elecciones israelíes

Cuando falta menos de un mes para las elecciones israelíes del 9 de abril, la campaña electoral ha entrado en su fase final, con todos los partidos y coaliciones que se presentan aprovechando cada oportunidad para exponer sus mensajes.

Quizá lo más significativo de las últimas semanas es que la cuestión palestina prácticamente no está jugando ningún papel en la campaña. Al contrario, da la impresión de que los líderes israelíes descuidan este asunto en cada ocasión posible.

No solo el Likud de Benjamín Netanyahu evita el tema, sino también el principal rival del actual primer ministro, la coalición Azul y Blanco del exgeneral Benny Gantz.

De hecho, llama la atención que las pocas veces que Netanyahu se ha referido al problema palestino sean muchas más de las que lo ha hecho Gantz.

Sin duda se trata de un descuido deliberado: los israelíes prefieren ignorar todo lo que tenga que ver con la ocupación. Sencillamente prefieren no saber lo que pasa del otro lado del muro, de los abusos permanentes que sufren los palestinos, de las misiones que lleva a cabo el ejército israelí.

Un profesor de la Universidad de Bersheba, Ofer Yiftachel, ha escrito esta semana en el diario Haaretz que esta situación obedece al deseo de evitar todo lo relacionado con el "apartheid" que sufren los palestinos sistemáticamente.

Según Yiftachel, los partidos mayoritarios están de acuerdo en seguir eludiendo el problema palestino. Yiftachel hace un llamamiento a que los partidos progresistas lo combatan. Sin embargo, en Israel puede decirse que no quedan partidos progresistas judíos, y que los partidos árabes apenas aspiran a obtener, como mucho, una decena de parlamentarios.

El profesor israelí destaca en su artículo la "distinción" que se hace entre los palestinos que residen dentro de Israel y los colonos judíos que residen en los territorios ocupados. A lo primeros simplemente no se les permite entrar en el juego democrático, y no pueden intervenir en la elección del primer ministro, mientras que los colonos judíos, en cambio, tienen la capacidad de elegir al primer ministro.

Se trata de una situación asimétrica que no es nueva pero que cada día que pasa es más determinante en el conflicto y se aleja más de su resolución. El apartheid que señala Yiftachel se puede percibir fácilmente en casi todas las direcciones.

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