Cartas de los lectores

3 de octubre

Los verdaderos explotadores
Le estamos haciendo el juego a los grandes especuladores. Hacen subir o bajar las bolsas según su conveniencia, no según las necesidades de la economía real, y así se van llevando la parte del león a costa de empresarios y trabajadores, sin aportar nada a la sociedad, hasta tal punto que pueden arruinar no sólo a una empresa, sino a un país. ¿Por qué no se destapan los paraísos fiscales? ¿Por qué no se controlan los movimientos de capitales a gran escala? ¿Por qué las sicav tienen privilegios que no tienen las empresas? Para mí la respuesta a todo ello es que la especulación a gran escala ya tiene más poder que los gobiernos.
Los malos de la película no son los trabajadores ni los empresarios, y ya ni los gobiernos, sino los grandes especuladores y sus compinches. Pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Qué pueden hacer los gobiernos, los sindicatos y los empresarios?
Pedro Gómez Palacios / Torrox Costa (Málaga)

La huelga general no es un fin,
es sólo un principio

Recién aparcada la última huelga general convocada por las centrales sindicales contra la reforma laboral del Gobierno, la situación que se le presenta al sufrido ciudadano no deja de ser un pelín frustrante.
Da la ligera impresión de que mantienen por ambas partes –que no se escuchan sistemáticamente la una a la otra– un diálogo de besugos.
Y es que el espectáculo ofrecido es hasta patético, dado que mientras los sindicatos insisten hasta la extenuación en una necesaria rectificación de la reforma aprobada unilateralmente por el Gobierno, los diversos portavoces del mismo se salen olímpicamente por la tangente, tendiendo gentilmente su mano para continuar con el diálogo.
Y lo peor del caso es que esta postura tan atascada desde hace tanto tiempo está alcanzando tales cotas de sinsentido que hasta llega a parecer que el tema tan importante del que se habla no da más de sí.
Por ello, no es de extrañar que como consecuencia del fallo en la comunicación de ambos, nuestra expresión se nos vaya tornando más y más impasible e inexpresiva, propia de los buenos jugadores de póker.
Frustrante.
Asun Sánchez Ramos
Madrid

La calle Serrano de Ana Botella
y los mendigos que la ensucian

La semana pasada, movido por la curiosidad, acudí, en mala hora, a la inauguración de las obras de la calle Serrano. Y digo en mala hora porque lo primero que observé en esta mega reforma es el empleo masivo de granito de la mejor calidad para ser pisado por residentes y visitantes de este noble barrio. Y como no podía ser de otra manera, me vine abajo y me sentí un fracasado social: lo que con gran esfuerzo utilizaba para ennoblecer mi casa, el señor alcalde lo destinaba a ser pisado por sus más exclusivos ciudadanos.
Observando un poco más la situación me di cuenta de que no sólo está en el suelo la diferencia entre este barrio y el mío. Mientras que este tiene comercios de las grandes marcas del lujo nacional e internacional, en el mío, casualmente, proliferan los Todo a 100 y las tiendas de frutos secos.

El mismo día leo en la prensa que la concejala de Medio Ambiente, la prolífica Ana Botella –famosa por sus inspiradoras teorías sobre las peras y las manzanas–, por más que limpia, no le cunde nada la del centro de la capital por culpa de unos 200 menesterosos que por allí pululan. Por eso, he encontrado explicación a por qué Serrano y el centro están más limpios que mi barrio: porque en mi barrio todos los que vivimos debemos de ser menesterosos.
A todo esto me ha llegado el recibo de basura –"basurazo", lo llaman otros–, por importe de 112 euros y no sé qué hacer, si pagarlo o decirle al Ayuntamiento que no preste el servicio, ya se sabe que los pobres somos un desastre.
Miguel Á. González Casero
Madrid

Esperanza Aguirre, la gran
lideresa de la política

De Esperanza Aguirre se ha dicho todo lo que puede decirse de cierto interés. Es una mujer previsible y transparente, porque sus mentiras son tan visibles que pasan desapercibidas. Tiene la osadía del niño al que siempre le salen bien las cosas y un proverbial talento para oler el momento propicio.
La honorabilidad, para ella, es pura retórica, y el cinismo una simple rutina. Lo que le importa de la política es la cosmética; le trae sin cuidado lo que se haga mientras se pueda presentar como un mérito propio.
Tiene los reflejos suficientes para esquivar cualquier golpe que le lancen sus adversarios políticos, como a ella le gusta llamar a todo aquel que se cruza en su camino, sea o no un miembro de su propio partido.
Le sale natural hablar en habla vulgar durante cualquier tipo de comparecencia pública y delante de cualquier audiencia; "Yo estaba a otro rollo", dijo cuando le preguntaron sobre un caso de corrupción dentro de su partido. Es lo que se puede decir una mujer lista y campechana, en la línea de otros célebres políticos como Jesús Gil o el mismo Manuel Fraga.
Mucha memoria, inteligencia práctica, perseverancia y total falta de pudor –a la manera de José María Aznar– , son otras de las virtudes que adornan a la sobrina del poeta Jaime Gil de Biedma.
Mario López Sellés
Madrid

Un 0,005% para el desarrollo
no es nada para nadie

Como español medio que soy, si un día me llama el director de la sucursal de mi banco para preguntarme si estoy dispuesto a dar el 0,005% de una transación (y hago bastantes al año) para el Desarrollo, según la propuesta de Tobin, le diré que de mil amores.
Quiero decir con esto que mucha gente como yo estaría dispuesta a hacerlo, y quién mejor que los propios bancos en hacer un referéndum entre sus clientes sobre esta idea y después mostrar los resultados al público. Además, así se lavarían un poco la cara de esta crisis mundial que ellos, y sólo ellos, han provocado.
Manuel Vázquez Castillo
Madrid

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