Cartas de los lectores

17 de febrero

‘Ensayo sobre la ceguera’
En Ensayo sobre la ceguera, Saramago denunció la ceguera moral que uno, más o menos voluntariamente, acepta para sobrevivir o vivir alegremente sin remordimientos o vergüenza.
Es curioso ver cómo se condenó a Madoff a 150 años de prisión por una estafa que no se diferencia mucho de lo que se ha hecho en el sistema bancario mundial y ahora Madoff acusa al sistema de control bancario de haberse hecho los ciegos. Una vez enterrado el nuevo capitalismo tenemos condenado de por vida a un trilero mientras otros nos dicen que es bueno que los sueldos no suban con la inflación. Cuando pienso que Islandia está juzgando a banqueros se me cae la cara de vergüenza por cómo nuestra ceguera no nos deja ver las caras de los culpables y por cómo aceptamos que nuestros espléndidos sueldos y jubilaciones sean la causa del desmoronamiento del viejo capitalismo.
Emilio Iglesias Delgado Sevilla

Mensajes de desconfianza y confusión
Cuando se declara un accidente que requiere la intervención de los bomberos o de los servicios sanitarios, nadie se escandaliza porque actúen con diligencia y profesionalidad, ni son objeto de críticas o reproches por ejercer sus competencias.
Sin embargo, cuando las autoridades encargadas de investigar, detener y juzgar los casos de corrupción tratan de llevar a cabo su trabajo con eficacia y esmero, no es extraño que se produzcan efectos adversos y perjudiciales para la democracia: descalificaciones y sospechas sobre los mecanismos institucionales encargados de la prevención y el saneamiento de conductas corrosivas para el Estado de derecho y, por ende, para los intereses de la ciudadanía. Además, sorprendentemente, las manos que arrojan desconfianza y confusión son las mismas que dicen trabajar en pro del bienestar de la comunidad. Sin honestidad, ¿puede ofrecerse garantía?
Alejandro Prieto Orviz GIjón (Asturias)

En tiempos difíciles nos sobran los incompetentes
Feijóo argumenta que no tiene "competencias para luchar contra el paro" en Galicia, a pesar de que en marzo de 2010 prometió que crearía 43.500 empleos. Botella asegura que "la gente está deprimida por el paro, eso asfixia más" que la contaminación, pero, sobre la promesa realizada en 2008 de vetar la entrada de los coches más contaminantes al centro de la capital, ni una palabra. Siguiendo este razonamiento conservador, si el desempleo baja, es gracias al PP; si aumenta, la culpa es de Zapatero por no prever la crisis global que ni el FMI, dirigido entonces por Rato, supo anticipar. Si los índices de polución bajan, los aplausos se los lleva Botella; si el aire se vuelve irrespirable, "que le pregunten a ese 20% de parados si le preocupa la contaminación". En tiempos tan difíciles nos sobran políticos incompetentes que se cuelgan medallas cuando las cosas van bien pero se escabullen cuando vienen mal dadas.
Alberto Ríos Mosteiro Madrid

Lo que los políticos dicen y lo que callan

Decía Rodríguez Zapatero: "Las medidas que vamos a tomar para salir de esta crisis se van a efectuar cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste". Algunas de estas medidas ya han sido aplicadas y otras están en vías de aplicación; unas van en contra de sus convicciones pero son obligatorias por nuestra condición de miembros de la UE y otras son por sentido de Estado. De cualquier forma, han sido medidas impopulares que han hecho que el PSOE baje en intención de voto en las encuestas.
Decía Mariano Rajoy sobre Camps: "Siempre estaré detrás, delante o al lado de ti". Hoy Rajoy mira para otro lado, el "delante" lo usan sus acólitos, Pons y Saenz de Santamaría, y "detrás" está la Justicia, que presuntamente sentará a Camps en el banquillo. Rajoy no se responsabiliza de nada, porque nada dice, pero tampoco desautoriza a quienes sí hablan. Espera que si Camps es condenado, lo sea después de las elecciones de mayo, que según las encuestas ganará Camps y, con ello, también Rajoy como líder del PP. El pueblo valenciano tiene la palabra.
Manuel Guzmán Uceda Cuenca

Yo ya no quiero sumar más, me borro de la lista
Hace dos años falleció mi madre por una enfermedad degenerativa. Cuando se inició su enfermedad empezamos nuestras tareas burocráticas con el Ayuntamiento de Madrid, que nos envió a unas personas que iban a casa dos horas para limpiarla y darle de comer. El Ayuntamiento reconoció su dependencia, pero ahí no acabó todo, ya que quien la tenía que ratificar (con todo lo que conlleva) era "la suma de todos", perdón, la Comunidad Autónoma de Madrid.
Al tiempo (mucho tiempo), vino un técnico a casa e hizo un informe que en ocho meses tendrían que revisar los médicos, y todo esto trufado con una visita al médico cada seis meses debido a las listas de espera.
Mi madre ya se fue, pero me queda el consuelo de poder ver Telemadrid, donde me dicen que la culpa de todo la tiene el Gobierno de la nación, del cual aseguran que es cómplice también de las fechorías de ETA, entre otras muchas cosas.
Por favor: yo ya no quiero sumar más, denme de baja, gracias, presidenta. Había pensado irme a Irlanda, que era el ejemplo económico en el que nos teníamos que mirar según Rajoy, pero ¿qué hago ahora?
Santiago Muñoz Moreno Madrid

El mensaje de ira y miedo del Tea Party
El mensaje del Tea Party es de ira y miedo, y su política consiste en cortar gastos del Gobierno Federal y reducir impuestos, aunque es un misterio aún no explicado cómo estas medidas reducirían el
desempleo. La recesión y los rescates empezaron con Bush, no con Obama, igual que las guerras en Irak y Afganistán. Obama está aportando dinero para evitar la implosión de la economía, causado por su inepto predecesor.
Richard M. McBride Valencia

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