Cartas de los lectores

11 de abril

El crimen perfecto
Alfred Hitchcock rodó una película que en España se estrenó con este nombre, pero el final era que no existe el crimen perfecto: el asesino siempre comete algún error que finalmente conduce hasta él.
En el caso de mi tío Francisco sí puede decirse que fue un crimen perfecto. Murió en Guernica, en 1938, a la edad de 17 años. No contentos con su muerte, en 1949, sin haberlo comunicado a su familia, la fosa común donde yacían sus restos fue levantada y construido en su lugar una ampliación del cementerio.
A fecha de hoy, y pese a constar en los archivos civiles como enterrado en este cementerio, el ayuntamiento de esta localidad niega la existencia de estas fosas, siendo lo más grave de su deplorable actitud el hecho de que ni siquiera faciliten datos de dónde trasladaron los restos de los ocupantes de esta fosa.
Muerto, enterrado y sepultado, pueden buscar a los asesinos o los restos de las víctimas. En ambos casos fracasarán, puesto que sin duda ése sí fue un crimen perfecto.
Vicente Sepulcre

Valencia

Carne de vacuno bajo control exhaustivo
Ante la noticia conocida de la existencia de dos casos de la EEB en humanos en España, –casos que "eran previsibles y esperables", ya que contrajeron la enfermedad antes de 2001, periodo en el que la sociedad estuvo sometida a "un cierto riesgo"–, me parece conveniente apelar a la tranquilidad de los consumidores y a la responsabilidad de los políticos y responsables sanitarios.
Como técnico comprometido con los temas relacionados con la ganadería, creo que si hay un sector que pueda certificar la calidad y seguridad alimentaria de su producto ése es el sector cárnico español. Las medidas tomadas desde 2001 para garantizar que los priones que originan la enfermedad de las vacas locas nunca accedan a la cadena alimentaria humana son muy estrictas y están validadas en todo momento por controles oficiales.
El protocolo de seguridad alimentaria incluye las siguientes medidas: prohibición del uso de harinas animales en la alimentación del ganado, origen de la enfermedad; retirada obligatoria y destrucción de los materiales específicos de riesgo (MER); recogida y destrucción de los cadáveres de vacuno; obligación de realizar el test de detección de la EEB a todos los animales sacrificados con una edad superior a los 24 meses; y eliminación de los animales emparentados o que hayan tenido contacto con algún animal positivo a la EEB.
Considero conveniente recordar que en este sector la trazabilidad de los productos es total. Cada animal tiene su identificación, que le acompaña toda su vida. Esto permite conocer su ascendencia, lugares donde ha sido alimentado, lugar de sacrificio... lo que supone una garantía adicional de control ante cualquier riesgo existente.
Domingo Martínez Madrid
Baños de Valdearados (Burgos)

Destrucción del patrimonio
En 1933 se inicia la reconstrucción de la casa de Lope de Vega en Madrid, donde había fallecido en 1635. El solar de la calle Cervantes había sido ocupado por viviendas sin valor arquitectónico o histórico y fue precisa la intervención de arquitectos e historiadores (Moya, Muguruza, Sánchez-Cantón, Gómez-Moreno, entre otros) para restituir el
trazado original de la casa con su jardín.

Un botánico, a partir de vestigios vegetales, determinó las plantas que habían constituido dicho jardín y su ubicación dentro de él.
Después de 75 años no parece existir ese rigor en la restauración de la casa de Giner de los Ríos y Cossío y del entorno donde ejercieron su magisterio: la Institución Libre de Enseñanza. Se pretende derribar o modificar los edificios existentes para multiplicar el volumen de construcción, ocupando además la mayor parte del jardín. La superficie restante quedará sobre un auditorio subterráneo, lo que supondrá la tala de los árboles que
aún perviven.
José Manuel Ontañón Sánchez

Tacoronte (Tenerife)

Menos cruzadas, señor Blair
Nada, que no aprende de sus errores. El señor Blair, ahora enviado especial para Oriente Medio, ha reivindicado el papel de la religión para solucionar los problemas mundiales. Parecería que, después de su experiencia –con ese otro "cristiano renacido" y "cruzado" que es Bush– en Irak, y del fanatismo rampante que cada día palpa en tantos lugares, tendría que haber sido un poco más prudente.
Lo que se necesita en las negociaciones internacionales son menos dogmas y absolutos, menos religiones, no más, porque insistir en ellas es como intentar apagar un fuego con gasolina, según ha comentado Terry Sanderson.
En España, donde tanto hemos padecido, con tantos muertos, por tantas cruzadas, lo sabemos de sobra.
Eusebio Fresnillo Ortiz

Zaragoza

Las lágrimas de la náusea
Corría el año 1492 de esta era de locos cuando el bueno de Boabdil hacía las maletas para exiliarse a las Alpujarras.
Acababa de perder su querida Granada y, como es natural, lloraba a moco tendido. Su implacable madre, la sultana Aixa, mientras tanto, le soltaba una perorata de esas que te abren las carnes de la humillación para acabar espetándole: "Y deja ya de llorar lo que no supiste defender como hombre, nenaza, maricomplejines" (bueno, ésta es la versión que le he oído a Federico Jiménez Losantos, pero lo que está claro que la señora Aixa era, como Fernanda Alba, de piedra pómez).
El caso es que a nadie se nos ha pasado por la cabeza la posibilidad de que George W. Bush tenga noticia de la historia que acabo de recordar, pero no estaría de más que una madre cualquiera, aunque fuera la suya si la hubiera, le reprendiera duramente por esas lágrimas suyas que son más falsas que la risilla de hiena con la que de vez en cuando nos castiga su amigo el héroe de Perejil.
Los muertos de Irak son una infamia de su cosecha y su llanto lo único que puede provocar es la náusea.
Mario López Sellés

Madrid

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