Cartas de los lectores

23 de noviembre

La herencia de Bush y Aznar
El presidente de la FAES, el ínclito don Jose María Aznar, nos ha deleitado con unas declaraciones en Le Figaro alabando, una vez más, la contribución del saliente Bush a la causa de la libertad mundial. Insultando a nuestra memoria e inteligencia, ha glosado los valores del tejano y su ardua defensa de la libertad, así como su compromiso con la democracia y la pobreza en el mundo. Ha comparado las ideas de Bush con las que impulsaron la Revolución Francesa, y se ha quedado tan ancho.
A Aznar no le duelen prendas a la hora de seguir doblando la cerviz ante este personaje. Con un cinismo que sólo puede justificar el romance que surgió en Las Azores, eleva a su adorado a la categoría de defensor de la democracia. Que todo fueron mentiras para destrozar un país y repartirse el botín, ¡bah! El mundo está lleno de melindrosos con conciencia pero, afortunadamente, hacer una guerra juntos une mucho.
Esta es la herencia emponzoñada que nos han dejado estos buenos colegas: un mundo donde los poderosos se han enriquecido a fuerza de reventar el sistema capitalista para exprimir todos los recursos naturales y humanos en su beneficio.
Han actuado como leales perros para sus amos. Ahora que no son protagonistas, es normal que les guste lamerse las heridas.
Ana Cuevas Pascual / Zaragoza

Enésima reforma educativa
En estos días hemos conocido las nuevas leyes que regirán la nueva reforma educativa, abocada al fracaso desde su nacimiento.
Es un error que los niños vayan a los institutos con 12 años. La práctica docente demuestra que no tienen el nivel de madurez adecuado para ello.
También es un error prolongar la enseñanza obligatoria hasta los 16, porque, generalmente, los niños que no quieren estudiar se plantan a los 12 y lo que les queda por delante son cuatro años en un instituto montando la de Dios es Cristo cada día.
Paco Gómez Escribano /Profesor de Sistemas Electrónicos y Jefe de Estudios del I.E.S. Ventura Morón de Algeciras

Gastos inútiles
El 12-11-2008 acudí al hospital Gregorio Marañón para que me realizaran el preoperatorio (analítica, radiografía de tórax y electro), además de la cita para el anestesista.
Una vez de vuelta a casa y para mi sorpresa, me llaman para ofrecerme otro hospital, alegando que donde me acababan de hacer las pruebas iban a tardar posiblemente seis meses en operarme, aun siendo un caso urgente. Por tanto, el cambio no me pareció mal. Elegí la clínica Santa Cristina pues, de los centros que me ofrecieron, era el único no privado cercano a mi domicilio.
A partir de ahora es cuando me quedo perplejo: ¡debido al cambio de hospital, ninguna de las pruebas que me han hecho tiene validez y debo hacérmelas de nuevo en la clínica que he elegido!

¿Cómo es posible que no estén coordinados los centros para evitar el gasto que supone hacer todas las pruebas?
Jose Luis Feito Fornieles / Madrid

No con mis impuestos
Miles de toros son brutalmente maltratados en fiestas populares como las que se celebran en Tordesillas, Medinaceli o Coria. Estos animales se usan como objeto de diversión de unos pocos que disfrutan con el dolor de otros seres vivos.
Este año han tenido lugar multitudinarias manifestaciones y concentraciones a lo largo y ancho de España en las que se ha denunciado esta barbarie. En Tordesillas, Valladolid, Logroño, Bilbao, Amposta, Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca, Medinaceli, Alicante, Albacete y Zaragoza, por mencionar algunas, miles de personas se han manifestado en contra del maltrato a los toros.
Cada vez son más las personas que salen a la calle a decir basta ya. Pero lo malo no es que se nos ignore y que el Gobierno haga caso omiso de todas las manifestaciones que se hacen año tras año en este país. Lo peor es que se nos obligue a contribuir con nuestros impuestos a todas las atrocidades cometidas contra los toros.
Como ciudadana, tengo el derecho a solicitar que se incluya, en el impreso de la declaración de la renta, una casilla donde poder especificar que no quiero que mi dinero se destine a actividades taurinas. Las fiestas y actividades relacionadas con los toros reciben cada año 564 millones de euros en subvenciones por parte de las administraciones.
Sin estas subvenciones multitudinarias, la tauromaquia y la tortura nacional tiene los días contados.
Mª Pilar García Maza / Zaragoza

Vivir para ver
Diversos personajillos de tres al cuarto con causas todavía pendientes con la Justicia aparecen hoy sí y mañana también en los programas televisivos de las diferentes cadenas, cobrando cantidad de pasta gansa.
Da lo mismo que  –o esta es la impresión que uno tiene, al menos–  fueran en su día portada de la prensa por delitos como malversación de caudales públicos, estafas, cohechos, enjuagues urbanísticos, delitos contra la Hacienda Pública, u otros muchos de similar calaña.
El fenómeno mediático actual es el que hay y nos sirve en bandeja de plata este infumable morbo solamente porque vende.
Pero lo que resulta verdaderamente lamentable es que, a pesar del tiempo que ha pasado desde que estos chorizos nos tomaron a los ciudadanos por tontos, sus escandalosas deudas no estén aún saldadas.
Es patético.
Mar Ramos Navarro / Zaragoza

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